Un día como hoy, hace 174 años, se publicó por primera vez Canción de Navidad, una de las novelas más famosas del gran escritor inglés Charles Dickens. Desde su aparición, esta obra marcó gran parte de nuestro imaginario sobre la Navidad. Un gran libro para pasar estas fiestas leyendo en familia.
Por Antonio Chumbile. Biblioteca Mario Vargas Llosa
Como toda gran festividad, la Navidad cuenta con diversas manifestaciones culturales, comerciales y artísticas. Actualmente, como parte de la celebración, ya es una costumbre ver en familia las famosas películas navideñas. Sin embargo, es necesario recordar que la mayor parte de largometrajes, series, dibujos animados y hasta funciones de teatro dedicadas a estas fiestas, se han inspirado en una pequeña novela: Canción de Navidad del gran escritor inglés Charles Dickens (1812 – 1870).
La propia vida de Charles Dickens parece una historia de navidad. Nacido en una familia con poca estabilidad económica, Dickens tuvo que trabajar desde los 12 años en un almacén de betunes. Poco tiempo después, su padre sería encarcelado por no pagar sus deudas. Estas experiencias marcarían profundamente su visión sobre Londres y sobre la realidad de los más necesitados. Luego de trabajar como reportero y cronista en un periódico, encontraría la mejor forma para denunciar las injusticias de su tiempo: la literatura.
Gracias a su talento, Dickens alcanzaría rápidamente la fama con sus primeras novelas: Los papeles póstumos del Club Pickwick (1836-1837) y Oliver Twist (1837-1839). La gran mayoría de sus obras serían publicadas por entregas periódicas. Esta estrategia colocaba sus textos al alcance de los más necesitados y, a la vez, generaba en el público muchas expectativas tras cada capítulo. De hecho, se suele usar el término suspenso como género literario debido a que Charles Dickens dejó en vilo a muchos de sus lectores al terminar un capítulo con uno de sus personajes suspendido de un precipicio.
Como toda celebridad, Charles Dickens tuvo algunos altibajos. Su primera novela histórica, Barnaby Rudge (1841) no tuvo mucho éxito de público ni de crítica. Incluso, recibió algunos comentarios severos de parte de Edgar Allan Poe. Sin embargo, Dickens pudo reconciliarse con sus lectores dos años después, publicando una novela corta que llegaría a ser su obra con mayor cantidad de adaptaciones hasta nuestros días: A Christmas Carol. (En español, Canción de Navidad).
Publicada en el mes de diciembre de 1843, Canción de Navidad (Mestas Ediciones, 2007) fue un éxito inmediato que cumplió con creces los objetivos de su autor: llamar la atención sobre las clases trabajadoras de Inglaterra y recuperar las tradiciones navideñas en occidente. La novela narra la conversión de un avaro y huraño empresario llamado Ebenezer Scrooge en uno de los hombres más bondadosos de la ciudad de Londres. Este cambio se deberá a la aparición de tres “Espíritus de la Navidad” que lo llevarán por distintas escenas de su vida y de otras familias londinenses en el pasado, presente y futuro. Cada espíritu lo hará reflexionar y cuestionarse sobre su personalidad y sobre la situación del mundo. Como podemos notar, es una mezcla de realismo y fantasía en una historia atractiva que, además, describe muy bien la ciudad de Londres durante la época victoriana en el siglo XIX.
Canción de Navidad está dividido en cinco estrofas como si, efectivamente, se tratara de una composición musical. Al leerlo, se podrá notar que en varios momentos el narrador se dirige al lector en un tono amical y cercano o, en otros momentos, con aires de maestro de ceremonias. Y es que la composición de Canción de Navidad fue pensada justamente para ser leída en familia durante la Nochebuena. Encontramos, por ejemplo, los siguientes guiños al lector: “Si este elogio no es suficiente, decidme otro mejor y lo emplearé.” (p. 54), “porque es bueno hacerse niños a veces, y nunca mejor que en Navidad.” (p. 86), “Él no sabe más que tú, querido lector.” (p. 58). O, finalmente, en una escena de visita a la casa del sobrino de Scrooge, declara: “Si por una remota casualidad llegarais a conocer a un hombre con una risa más bendita que la del sobrino de Scrooge, lo único que puedo decir es que yo lo querría conocer también. Preséntamelo, y lo tendré como amigo.” (p. 83). Estas intervenciones directas del narrador interpelan al lector y a los posibles oyentes para que se sientan parte del desarrollo de la historia.
Por otra parte, el estilo narrativo de Dickens usa frecuentemente metáforas y descripciones poéticas. Por ejemplo, describiendo a la esposa del señor Fezziwig, un antiguo jefe de la infancia de Scrooge, señala: “De las pantorrillas de la señora Fezziwig salía una auténtica luz. Brillaban como lunas en cada instante del baile… Parecía que guiñaba con las piernas.” (p.54). Otro ejemplo en la misma escena es el de un violín que, al ser afinado, “causa en los demás los mismos gemidos que cincuenta dolores de barriga” (p. 52). Estas descripciones se extienden hasta la emoción cuando se trata de las calles de Londres. Por ejemplo, luego de haber descrito varios oficios de la ciudad, se refiere a los tenderos de este modo: “los limpios corazones con que se ataban los mandiles a la espalda podrían ser los suyos propios, listos para una inspección general, y para que las cornejas de Navidad las picoteasen si quisieran.” (p. 70). Resulta sorprendente que en una novela tan corta, el lector se lleve no solo una buena historia sino también varias imágenes nítidas de calles e interiores de la ciudad de Londres.
Canción de Navidad ha sido adaptada al cine decenas de veces. Se pueden encontrar desde versiones en cine mudo hasta películas de Disney y de Robert Zemeckis. Obviamente, cada adaptación varía según sus intereses. De hecho, la gran mayoría suele dejar de lado una de las escenas más fuertes de la novela: al final del recorrido, el segundo espíritu de la Navidad le muestra a Scrooge dos niños harapientos cuya desagradable apariencia llega a causarle temor. Estos dos niños, señala el espíritu, “son los hijos del Hombre”: la Ignorancia y la Indigencia. (p. 90). Finalmente, se hace un llamado para cuidarse de ellos, en especial del primer niño. Esto nos lleva a pensar que, si bien como milagro de Navidad, Scrooge se convierte en un buen hombre, aún queda para nosotros mucho por hacer en la realidad. La Navidad es una fecha para celebrar pero sobre todo una buena oportunidad para mejorarnos y corregir los males del mundo. Podemos decir, entonces, que en Canción de Navidad las escenas de ternura, aventura, drama y catarsis se encuentran en dosis exactas que, sin caer en el sentimentalismo fácil o cursi, contagian fuertemente de empatía y esperanza a sus lectores.
La novela Cuento de Navidad forma parte de nuestra Colección de Literatura Universal en la Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana y la pueden consultar gratuitamente de martes a domingo de 10:00 am. a 7:00 pm.