En el marco de las celebraciones por el Premio Casa de la Literatura Peruana 2019, presentamos uno de los libros más admirables en la narrativa de Cronwell Jara. Pese a no contar con la fama de Montacerdos o “Hueso duro”, Agnus Dei es una de los relatos más enigmáticos y arriesgados que se ha escrito en nuestro país durante la década de 1990. Te invitamos a que conozcas de qué trata.
Por Jean Paul Espinoza León, Biblioteca Mario Vargas Llosa
Pocos escritores pueden afirmar que su obra ha logrado plasmar, con destreza y complejidad, casi todos los universos culturales de nuestro país. Sin duda alguna, Cronwell Jara es uno de ellos. Una breve revisión de su producción narrativa revela la diversidad de personajes y espacios peruanos que ha representado en el curso de su trayectoria artística: desde las comunidades andinas hasta las barriadas limeñas; desde los grupos afrodescendientes hasta las oleadas migratorias más recientes. Si añadimos su incursión en la literatura infantil y la recopilación de relatos de tradición oral, así como sus artículos en torno a la creación literaria, probablemente reconozcamos que nos hallamos frente a un autor completo y versátil cuyo mayor mérito reside en el hábil manejo de “múltiples registros temáticos”, tal como lo ha señalado la Casa de la Literatura Peruana.
Sin embargo, esta misma versatilidad tan celebrada ha originado también libros difíciles —sino imposibles— de clasificar con una denominación específica. Tal es el caso de Agnus Dei, acaso el texto más insondable, misterioso y ambiguo de Cronwell Jara. Publicada en 1994, y con menos de 40 páginas, nos sitúa en un extraño escenario: un escritor, Elmer, y su esposa, Daphne, se ven asediados por una “creatura” innominada que parece ocultarse en un hoyo negro brotado, sin ninguna razón aparente, en la sala de su hogar. Aún asustados, deciden desafiar a la siniestra presencia con un arma letal: la escritura. Porque, aunque parezca insólito, Elmer se percata de que puede anotar en un cuaderno lo que quiera y se verá cumplido; incluso derrotar a su acechador. Ha descubierto que puede, literalmente, escribir su destino.
Frente a este marco dramático que nos plantea Jara, es necesario subrayar un elemento importante y, al mismo tiempo, perturbador: todo apunta a que la “creatura” es la expresión espectral de un antiguo régimen prehispánico. Los esposos asisten al renacimiento de un orden milenario, si bien oculto durante mucho tiempo, no por eso menos potente para restaurar su poder sobre los hombres. Al parecer, la divinidad demanda venganza tras largos años de opresión colonial: “Muerta su nación, al despertar el dios, solo, extraviado en el limbo de la nada, viendo sus templos derruídos y saqueados, y rodadas las cabezas de los guerreros, sin un hombre que lo aclamara con el más hermoso de los himnos, enloqueció, aulló y gimió como bestia herida.” (p. 19). Un detalle interesante es que, cuando por momentos, la “creatura” quiere manifestarse en un cuerpo tangible escoge materializarse en la figura de un puma que funge de pisapapeles en el escritorio de Elmer. ¿Por qué este rasgo es de sumo interés? Baste recordar la fuerza simbólica que desplegaba las representaciones iconográficas del puma en los templos prehispánicos para ensayar una posible respuesta.
Pero no se crea que el relato solo se ancla en un imaginario mítico de carácter andino. Desde el título mismo, Agnus Dei también entabla conexiones con la doctrina católica. En particular, rescata de ella la noción de apocalipsis, de un fin de los tiempos aun cuando el “mesías” haya cumplido parcialmente su labor redentora. Entonces, lejos de una crítica o una apología a las religiones en general, Cronwell Jara consolida una mezcla de cosmovisiones disímiles en permanente tensión.
Como si fuera poco, Agnus Dei es también una formidable muestra de metaficción. En efecto, es una de las obras en las que nuestro autor medita el quehacer literario mismo. Por ejemplo, al margen de su función como vaso comunicante entre el mundo mítico y el actual, Elmer posiciona a la escritura como Revelación. Prueba de ello es que, en sus inquietantes discursos, le otorga a la palabra la trascendencia que se merece, y se sirve de ella, nada más y nada menos, que para retar a los dioses: “Se colocó los anteojos y meditó antes de intentar escribir la primera frase. Tenía que engañar o confundir al dios. Hacer algo” (p. 28). Por esta razón, el hecho de escoger a un protagonista literato va más allá de una voluntad lúdica o un guiño al lector; obedece más bien a una reflexión sobre los escritores en nuestra sociedad actual y a una especulación respecto al sitial que podrían ocupar en el futuro.
Todas estas singularidades convierten a Agnus Dei en un libro atípico en la narrativa peruana: leerlo no solo es descubrir una nueva faceta de Cronwell Jara, sino también renovar la mirada sobre nuestra tradición literaria.
Agnus Dei forma parte de nuestra Colección de Literatura Peruana y se encuentra disponible en la Biblioteca Mario Vargas Llosa. Pueden consultar el texto, gratuitamente, de martes a domingo de 10:00 am. a 7:00 pm.