La exposición La vida sin plazos. Escritoras en la ciudad de los 90 propone un acercamiento a diversas autoras que publicaron en Lima entre 1988 y 1999 y que través de sus obras analizan y confrontan a la sociedad. Para conocer más sobre su planteamiento museográfico conversamos con el artista visual y museógrafo, Mauricio Delgado.
La Sala de Exposición 1 de la Casa de la Literatura Peruana alberga la exposición La vida sin plazos. Escritoras en la ciudad de los 90, en la cual dialogan: la relación de las autoras con el contexto social y político de los noventa en la ciudad de Lima.
“Es un periodo especial por la violencia, los cambios sociales con las migraciones y la imposición de un nuevo modelo económico. En esa época de transformaciones, en ese contexto convulso, complicado, confuso, a veces vuelto de cabeza es en el que la museografía hace incidencia”, explica Mauricio Delgado.
“Los recursos que hemos usado son sencillos, pero significativos. Hemos tratado de dar cuenta de esos años a través de los sentidos y las sensaciones alrededor del caos generado en la ciudad”, indica el museógrafo.
A lo largo de la exposición se usan fotografías de prensa como recursos museográficos. “Hemos recurrido a estas imágenes que retrataron el contexto político y social de esa época para extraer algunos detalles que pudieran ponerse en diálogo con las obras literarias de las escritoras de la exposición. Nos interesaba ver cómo ellas empiezan a abordar el contexto político, cómo irrumpen en un orden patriarcal y también cómo ponen de cabeza la escena con su poesía y su prosa”, añade.
Otro recurso constante en la muestra es el audio de lecturas de poemas y fragmentos de obras de las autoras incluidas en la exposición, los cuales son narrados o recitados entre ellas mismas con música de fondo de esos años. “Es un recurso muy interesante y provocador haber apelado al rock subterráneo de la escena limeña de los noventa con cantes o grupos como Rafo Raéz o Leuzemia, que se puede escuchar como un sonido lejano mientras oímos a ellas leer literatura”, apunta.
En la exposición se pueden encontrar recortes periodísticos de los años noventas, los cuales dan un contexto de la situación que se vivía. “Muchos de los recortes de prensa o documentos expuestos han sido ‘intervenidos’ con algunas frases, con algunas palabras, que nos sirven para detonar lecturas y provocar en el espectador algunas sensaciones de esos años a través de la literatura y los documentos que están viendo”, anota Mauricio Delgado.
Artistas invitados
La muestra tiene como artistas invitados a Trudy Macha y Juan Osorio. “Ellos han planteado a lo largo de la exposición una serie de seis ventanas intervenidas con cintas adhesivas y fragmentos de poemas o prosa de las escritoras presentes en la exposición. La cinta adhesiva recuerda este recurso trágico, y usual de la década del noventa, que era de cubrir las ventanas con cintas para que no exploten por los atentados terroristas”, comenta el museógrafo.
“También han trabajado una pieza central, que es una escalera en tela roja. Este trabajo es una apropiación de la obra de artista coreano Do-Ho Suh, en la que ellos a partir de esta arquitectura imposible, confusa, irracional, plantean también una metáfora de ese momento, de un espacio sin salida o de un no lugar”, finaliza Mauricio Delgado.