Presentación del poemario “Aeropuertos para el alma”

(Detalle de la portada del poemario)
(Detalle de la portada del poemario)

El jueves 3 de noviembre de 2022, a las 7:00 p. m., en el auditorio de Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), se presentará el poemario Aeropuertos para el alma, de Martin Carbajo. El ingreso es libre.

Acompañarán al autor, Gonzalo Portals, Piero Ramos, el músico Juan Romani, los artistas Martín Molina y Carla Ollero.

 

Sobre el libro

Aeropuertos para el Alma (México 2017 – Lima 2022) es el segundo poemario del autor Martin Carbajo, (el primero se titula Planeta oscuro, publicado en 2010 bajo su seudónimo Martín Melancox). Distribuido en México por la Editorial Sangre & Cenizas y en Lima editado por Café de Lobos editores. El poemario cuenta con las ilustraciones de la artista plástica Carla Ollero Soto.

La poesía de Martin Carbajo en este poemario está cargada de oscuridad y ternura. El uso constante de figuras vinculadas al espacio exterior y los poemas dedicados a los bajos fondos de la ciudad dotan al texto de una retórica compleja, sin que se pierda la musicalidad. La voz poética de Aeropuertos para el Alma atraviesa cada uno de los poemas, en un despegue ficcional hacia el nebuloso interior del ser humano. Con este libro Martin Carbajo se sitúa dentro del campo literario nacional, conectando lo fantástico y lo social en beneficio de los lectores.

Nos encontramos con poemas que toman un espléndido vuelo desde los fondos trágicos del alma hasta el grado cero del amor, en esa levedad distante del cosmos en que la voz poética va descubriendo nuevos horizontes más allá de este “planeta oscuro”. Lo dicen versos como: “Abro una puerta al infinito cuando canto/y el escenario es una nube de ensueño”.

Participantes

Autor 

Martin Carbajo Alvarado (Lima Siglo XX). Especialista, Docente y Asesor en Archivos con amplia experiencia en Archivística y Archivos Digitales. Jefe de Archivos de las Facultades de Medicina, Estomatología y Enfermería de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Publicaciones: Plaqueta: “Maltratado Moralmente” (Lima 1994); Poemarios: “Planeta Oscuro” (Lima 2010) y “Aeropuertos para el Alma” (México 2017 y Lima 2022); Libro compartido “Estampas de los Bicentenarios” Homenaje al Archivo General de La Nación Argentina y la Biblioteca Nacional del Perú. (Argentina 2021); Especial en La Revista Zaharaja N° 15 Boletín de Poesía de la Biblioteca Abraham Valdelomar de la Huacachina Ica (2021). Ha participado en diversos festivales de Poesía: “Poetas del Bicentenario” (Lima 2022) “Festival Poetas en la Arena (Ica 2021) “Festival Octubre Negro” y “Encuentro Latinoamericano de Bibliotecólogos, Archivistas y Museólogos (México 2017). Ha dictado conferencias en Perú, Chile, México, Puerto Rico, y Uruguay. Fundador de “Poetas del Asfalto” y Director de la revista de poesía “Lectores Desechables”. Director del Sello Discográfico “Gotham Discos”. Productor, DJ y autor musical. Vocalista y compositor de la banda de Rock Ilusión Marchita.

 

Presentadores

Gonzalo Portals Zubiate (Lima 1961).  Poeta y escritor peruano, quien obtuvo el Premio de Novela Corta “Julio Ramón Ribeyro 2020” y el Premio Copé de Oro en la VI Bienal Premio Copé de Poesía en 1993. Ha publicado diversos libros de poesía, entre los que destacan Piedecuesta y Voces y visiones: recogidas a la sombra del lirio. En el terreno de la investigación literaria, es autor de La estirpe del ensueño (2007) antología de narrativa fantástica peruana; En la curva del espasmo. El cuento peruano de dominio siniestro fraguado en el Perú (2009); Urge púrpura la niebla (2007) un compendio de literatura siniestra en Perú; y coautor de Los que moran en las sombras. Asedios al vampiro en la narrativa peruana (2010). Portals codirige el Congreso Internacional de Narrativa Fantástica que se desarrolla anualmente en el Perú. Ha coordinado la revista de crítica y creación literaria Austro; e Hydra, revista de fantasía, ciencia ficción y horror. Actualmente, codirige la revista de literatura Di(solvencias); es el responsable de El lamparero alucinado ediciones; y coorganiza la realización del Congreso Internacional “Literatura y Enfermedad”.

Piero Ramos Rasmussen (Lima, 1992). Bachiller en Humanidades con mención en Lingüística y Literatura por la PUCP. Especialista en la edición de textos, corrección de estilo, diagramación y técnicas de escritura creativa y periodística para relatos de no ficción. Actualmente, estudia una Maestría en Literatura Hispanoamericana en la Escuela de Posgrado de la PUCP. Escribió los libros: Transgresión (Ediciones el viaje, 2014), Edén (Cartopirata, 2015), El linaje de las sombras (Editorial Dorada Apokalipsis, 2017) y Apuntes del estudiante (Café de Lobos Editores, 2022). Sus investigaciones se encuentran en las plataformas académicas Academia.edu y Google académico. También, ha formado parte de la Antología del Festival Internacional del Sur Andino “Enero en la palabra”, entre otras. Diploma de honor por la Municipalidad de Lima (2015), obtuvo una mención honorífica en el Concurso Internacional de Poesía Oscar Wilde (2021) y fue finalista del “IV Concurso Literatura de Poesía” del blog literario de Barcelona: LITTERATURA (2022). Participó activamente en los homenajes en vida de los poetas Rodolfo Hinostroza y Domingo de Ramos. Es compositor y cantante de la banda de rock peruano “Lo Ultraterrestre” y codirector de la web de cultura y servicios editoriales: “Café de Lobos”.

 

Moderadora:

Milagros Rivera Vera (Lima 1970). Docente de profesión. Hace casi 10 años empezó su actividad como mánager de Los Arman, participó de proyectos rockeros como So nidos Latentes, Generarock, Revista Alerta, y actualmente en Terokal Fanzine. Desde el 2015, se dedica a la gestión cultural, en los colectivos artísticos culturales: Casa Duende, Somos la 30 y Metsa Wasi. Hizo la conducción de Artenativo por BHTV de VES, Capítulos del Rock y Gruñidos del Metal en Radio Bacan, y co-conducción de Radio Subte Lima Sur. Actualmente es productora de Kausachun Rock y, desde 2020, coconductora de Conversas Enrockeradas, q es parte de ENROCKERADAS, medio dedicado a la mujer. En el 2021 formó parte de Unidas In Rock, como co productora. Es mánager de Neuronas Muertas, Desastre Social y Suka. Desde el 2021 coorganiza Poetas el Bicentenario. Actualmente integra Voluntarios Clown.

 

Titiritero:

 Martín Molina Castillo (Lima). Conduce SerAbisal proyecto experimental de títeres para adultos que explora las posibilidades expresivas de los títeres en atmósferas oníricas donde confluyen imágenes y sonoridades desde planos evocativos y sugerentes antes que discursivos, convocando seres que podrían parecer emergidos de las penumbras del misterio, pero que quizá viene portando su propia luz e íntimas claridades. Es titiritero con 26 años de experiencia, pertenece actualmente a los grupos “Tárbol teatro de títeres”, “Higuerilla” y “SerAbisal”.

 

Producción Musical:

Juan Romaní Romaní (Lima 1976). Abogado de profesión, músico y productor musical, baterista de la banda de Rock “Ilusión Marchita”, también ha sido baterista de las bandas: “La Prole”, “Bocanada”, “Los de Turno”. Productor musical de los poemas “Aeropuertos para el alma” producción que es un tributo al “Low Fi”, la intención no es hacer música para poemas, sino generar un concepto integral y multidisciplinario, donde todo puede ser posible; poesía, música, performance unida en un solo concepto.

Artes plásticas:

Carla Ollero Soto (Lima). Egresada de la Escuela de Bellas Artes de Lima, especialista en grabados y estampación, Diseñadora gráfica y fotógrafa independiente actualmente es subdirectora general de ColorBox. Ha expuesto en diversas muestras artísticas de Perú y el extranjero. La artista nos presenta esta instalación mediante su concepto basado en los poemas del autor grabados, carteles e ideas conceptuales en vídeo.

 

Presentación del poemario “Para poder voltear la página tienes que escribir en ella”

El poemario es publicado por la editorial El gato viejo. (Detalle de la portada del libro)
El poemario es publicado por la editorial El gato viejo. (Detalle de la portada del libro)

El miércoles 2 de noviembre de 2022, a las 6:30 p. m., en el auditorio de Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), se presentará el poemario Para poder voltear la página tienes que escribir en ella, de Jesús David Amao Quispe. Acompañarán al autor Aldo Livia Reyes y Tania Cabana.  El ingreso es libre.

 

Sobre el libro

Para poder voltear la página tienes que escribir en ella es el título de este libro y está compuesto por treinta y cuatro poesías que exploran la vivencia del autor en el amor: familiar, platónico, de simpatía, fatuo, no correspondido, fetichista. El libro tiene como fuente principal el realismo y una pizca de una buena imaginación.

La poesía escrita en este libro es la recolección de 3 años en que el autor se desfoga y se siente aliviado después de no poder decir lo que sentía a gritos, como si lo que escribiera lo haría en un diario. Para poder interpretar lo leído tienes que ponerte en el lugar del autor, en su contexto social y educativo.

 

Sobre el autor

Jesús David Amao Quispe. Radica actualmente en el distrito de San Juan de Lurigancho (Lima). Nació en el año 2000, hace veintidós años durante la estación de otoño. Su padre Simón Amao y nieto de Don Víctor Amao. Actualmente estudiante de pregrado en la Universidad Nacional de Educación (La Cantuta). Aficionado a la poesía y su primera interacción fue en la I.E Fe y Alegría N° 25 donde también realizó sus estudios de primaria y secundaria. Además es profesor practicante en el CETPRO en el área de construcciones metálicas del I.E Fe y Alegría N° 32, y es boxeador amateur en el Club Razza Valiente.

 

 

Fervor por la literatura: docencia, edición y escritura

Jorge Eslava junto a la pieza elaborada por el artista Flaviano Gonzales. (Foto: Diego Díaz)
Jorge Eslava junto a la pieza elaborada por el artista Flaviano Gonzales. (Foto: Diego Díaz)

El jueves 22 de octubre el escritor, editor, investigador y docente Jorge Eslava Calvo recibió el Premio Casa de la Literatura 2022. A continuación compartimos el discurso que leyó durante la ceremonia de entrega del galardón.

 

Por Jorge Eslava Calvo

El primer trabajo formal que tuve fue a los dieciocho años en el desaparecido diario La Prensa. Ingresé como artefinalista, un oficio de artesano hoy extinguido. En el departamento de Arte Final debíamos adecuar la pauta del diagramador, recortando y disponiendo los textos sobre un pliego inmaculado de cartulina. Los elementos gráficos —líneas y curvas— había que trazarlos con auxilio de reglas y escuadras, mientras que los titulares debían aplicarse manualmente letra por letra. Desde luego que el supervisor tenía un estimado de tiempo para cada pliego, que nos obligaba a cumplir regularmente, salvo en horas de cierre que había que disminuir la marca establecida. Trabajábamos inclinados sobre una mesa de luz, entre seis y diez horas diarias, bajo el incesante estruendo del taller de impresión.

La modesta sala de Arte Final colindaba con la planta de impresión, donde un conjunto monstruoso de linotipias y rotativas, máquinas manipuladas por una legión de operarios imprimía las últimas noticias del diario. Era un cuadro turbio y hormigueante. A simple vista parecía un reino de pesadilla, poblado por un aura gris y ruidosa. Las condiciones de los obreros eran indignantes y justificaba la existencia de un sindicato masivo y duro. No podía pertenecer al sindicato, en mi categoría de contratado, pero estuve muy cerca de sus reivindicaciones. De modo que muy joven conocí un sistema de trabajo indesligable de la explotación y que, a lo largo de mi vida, no he hecho más que constatarlo.

Por las noches volaba a San Marcos, donde estudiaba sociología, convencido de convertirme en un político y periodista de izquierdas. Mi familia observaba con alarma esta decisión, ignorando que ella constituía un germen de mi malestar y mi protesta. Lo diré con rudeza: el meollo de mi resentimiento nacía de la jactancia social, la hipocresía religiosa y la doblez moral de un sector aristocrático de mis parientes. Era un niño de diez o doce años y jamás olvidaré una conversación en la que se burlaban de la paga de los mineros de su compañía: unas pocas monedas, una bolsa de coca y una botella de cañazo.

Mi intempestiva renuncia al diario, ante un acto de injusticia, sumada al receso de la Escuela de Ciencia Sociales en San Marcos me abrió una puerta inesperada: mudar de la futura política profesional al arte de la literatura. Me trasladé de facultad y conseguí trabajo como profesor de lengua y literatura en un colegio religioso del Callao[1]. Vivía entonces en La Punta y la distancia me permitía asistir a clases en una vieja bicicleta, con el cabello largo y un atuendo informal. Esos gestos causaban discrepancias entre mis colegas de saco y corbata, pero las publicaciones a mimeógrafo que hacía con dos profesores y las bondades del fútbol cerraron esas grietas.

Dedicarme a la literatura y la docencia se convirtieron pronto en decisivas pasiones. Al fin el muchacho de clase media, huraño y deportista, rabiosamente descontento y reticente de la bohemia descubrió un derrotero que fue cristalizándose en los años siguientes y gracias fundamentalmente a dos maestros. El primero, Wáshington Delgado. Entre la magnífica plana docente de la Escuela de Literatura, en esos años setenta, destacaba la erudición y gentileza del poeta cusqueño. Asistía a todas sus clases, releía continuamente su obra poética y no tardé en lograr su amistad. Iba a su casa de Lince provisto de una botella de vino y teníamos preciosas conversaciones. Cuando fundé la Editorial Colmillo Blanco me acompañó en la aventura, presentó de modo brillante muchos de los libros que publiqué; incluso uno que no había leído.

Al final de una tarde llegué a recogerlo y lo encontré en bata, sin rasurar. Habíamos quedado para esa noche, teníamos una presentación importante de un joven poeta premiado y él se había olvidado por completo. Hurgó el poemario entre el reguero de libros y papeles de su escritorio y no lo encontró. Bastaba con el ejemplar que yo tenía en la mano. “Aguárdame un minuto”, me pidió y se perdió en los interiores de esa casa profunda. Reapareció afeitado y acomodándose el saco. “Nos vamos”, me dijo, mientras recibía mi ejemplar. Lo hojeó durante el recorrido, en el que permaneció mudo y ensimismado. Fue una presentación espléndida, tan enjundiosa como divertida.

De Wáshington Delgado aprendí tantas cosas, sobre todo su austeridad y su ética. Era un hombre de catadura clásica, generoso en extremo, cuya vida mesurada no renunciaba a la filosofía hedonista. Él no entendía la austeridad como un sacrificio, sino como un modus vivendi modesto y con satisfacciones espirituales y terrenales. Esa virtud lo llevaba a abrazar una vocación omnívora por el conocimiento: su sabiduría parecía no tener límites. Lo expresa en un poema esencial titulado “Oficio y conducta”: Este es el pan que como. / A esta mujer quiero. / Con estas gentes hablo. // Ni paz ni guerra. Ni sangre / ni sudor ni lágrimas. / Lucho por lo que amo. // Por mis alimentos y mis días. / Por la palabra y su hermosura. / Por el amor conmigo”[2].

El segundo de mis maestros fue Constantino Carvallo, el extraordinario educador peruano. Lo conocí una tarde de fútbol, lucía unos jeans desteñidos y su cabello y su barba despedían un aspecto mesiánico. No tardé en ser su amigo. Era apenas un año mayor que yo, pero parecía saberlo todo, intuirlo todo. La década de los ochenta que trabajamos juntos lo escuché hablar del valor del juego y de la alimentación, de la importancia de los primeros años y la paridad de género, de la inclusión y los colonialismos, de la tecnología y del deporte… en fin, temas que han surgido en nuestra agenda educativa tres o cuatro décadas después. Sus interminables charlas sobre el curriculum oculto en tensión con el curriculum oficial; sobre el habitus como esquema en las relaciones humanas frente al capital cultural como acumulación exclusiva de un sector social han sido lecciones fundamentales en mis largos años de profesor.

Sus reflexiones sobre el sistema educativo y lo que significa la práctica cotidiana en el aula, la noción del alumno real y no la entelequia, la tarea compleja y titánica del docente frente a la incomprensión de los poderes públicos son algunos de los pliegues sociales que ocultan el sentido de educar y que Carvallo alcanzó a revelar y denunciar con su carácter libertario. Lo que había entrevisto en mis primeros años de profesor, en los que ardía por ser diferente, pero sin tener un norte me lo dieron su pensamiento y las aulas de Los Reyes Rojos[3]. Aprendí que el sistema escolar es un lugar donde se reproducen las estructuras sociales y se perpetúan los paradigmas culturales y políticos.

Hace unos años una profesora de inicial me contaba con detalles las condiciones en que dictaba clases en una aula de una escuela del arenal. Era una zona de Ventanilla, un distrito menesteroso y con altos índices de contaminación, donde debía tener confinados a un grupo de pequeños estudiantes en un container donado por una empresa naviera del Callao.

—¡Pobres niños! —exclamé—. Se sancocharán ahí dentro.

No atiné a decir otra cosa, eran todavía meses de verano.

—Ni tanto —respondió ella con resignación—. Los padres de familia han abierto algunas ventanas con sus sierras.

Confundido e indignado quise saber más. Indagué por los horarios de clases y el número de estudiantes, por el material didáctico y los juegos de recreo. También por el área del contenedor; ella respondía naturalmente, a veces usando las manos para indicarme las medidas aproximadas.

Ante este drama, me pregunto si se requiere algún talento o basta una pizca de sensibilidad para presagiar el futuro del niño que se acerca a limpiar las lunas del auto o de la niña que pasa con una sonrisa vendiendo caramelos. ¿Cómo se alimentan? ¿Estarán estudiando? ¿Terminarán la primaria? ¿Ingresarán a la universidad? ¿Conseguirán un trabajo justo? ¿O terminarán abandonándolo todo? El niño arrojará la franela en alguna esquina y la niña dejará la caja de golosinas en un rincón de la acera, para derrumbarse por el abismo de la ciudad.

viñeta

No fue difícil darme cuenta de que el arte de la literatura y el arte de la enseñanza constituían en mi vida un punto de inflexión y a la vez de concordia: me ofrecían la inmejorable posibilidad del estudio y de la trasmisión de un idealismo que trascendía los obsoletos trajines del mundo de la política. Quiero decir, que no había nada más revolucionario que una nueva forma de enseñanza. La docencia permitía, sin duda, participar de múltiples hallazgos y compartir con los estudiantes la algarabía, el sufrimiento o la incertidumbre que ofrecen los textos literarios y que vivíamos habitualmente. De las publicaciones a mimeógrafo que empecé a hacer en los diversos colegios antes de llegar a Los Reyes Rojos, pasé a fundar una editorial en este colegio barranquino y más tarde, luego de un viaje a España y fascinado por el impulso editorial de ese país en el campo infantil y juvenil, resolví crear la Editorial Colmillo Blanco.

El sello nació a mediados de los ochenta, años atroces de nuestra historia; en medio de las devaluaciones y del ominoso derramamiento de sangre yo volví a encontrarme con el estrépito mecánico de la imprenta. Doce años después de mi primer trabajo, el paisaje editorial había cambiado: las placas de zinc y la impresión offset habían reemplazado a los lingotes de plomo y la impresión tipográfica, pero fiel a la nostalgia me las arreglé para hallar una vetusta imprenta en el cercado de Lima —a pocos metros de esta Casa[4]—, donde todavía pude manipular aquellas bellas criaturas de molde metálico que representan cada una de las letras del abecedario. Algunos libros salieron de aquella caverna iluminada y entre esos y los que optaron por la modernidad conseguí editar alrededor de ciento treinta títulos. Sin embargo, al margen de las publicaciones, confío que Colmillo Blanco significó para muchas de las personas que escribían entonces una fuente de afectos.

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En los años siguientes volví al estudio y la creación, volcado ahora al terreno de la literatura infanto-juvenil y al deseo de contribuir con el magisterio, cuya formación profesional aparecía ante mis ojos cada vez más desatendida y con un obligado sesgo burocratizado. Maestras y maestros exigidos a remar como galeotes, desestimando el sentido originario del término educar. Recordemos que la palabra proviene del latín ex ducere, que significa encaminar, dar al que aprende los medios para abrirse en el mundo y encauzarlo hacia su pleno desarrollo. No obstante, ¿con qué expresiones educativas se trafica hoy en nuestro mundo mercantilista? Nociones como gerencia y gestión educativa; estrategias y tecnologías de última generación; profesionales exitosos y líderes, antes que ciudadanos, han desplazado el interés humanístico y secuestrado la autoestima del docente, deshonrando la autoridad magisterial.

Procuré escribir para niñas, niños y jóvenes atendiendo, en primer lugar, a la curiosidad como motor de esa singular enseñanza que filtra la literatura. Respeté cuanto pude los conocimientos y la red de intereses del pequeño lector, confiando en el juego y el humor como expresiones de libertad. Enfilé mi puntería a desplumar la prepotencia, el autoritarismo y la vanidad de los adultos. Y en estos últimos años esta fiesta creativa se encaminó hacia una preocupación más social; me interesé por los recodos donde nuestra literatura infanto-juvenil parecía intimidarse: los roles de género, los desastres causados por la guerra armada y la violencia de abuso sexual, explotación laboral o abandono escolar que sufren nuestras poblaciones más vulnerables. Y no es solo la intimidación frente ciertos asuntos urgentes, sino es el repliegue de los creadores ante la escasa demanda editorial o las objeciones por rebajar el tono, cuando no la censura que tanto daño ha ocasionado al arte. Aunque por suerte el fuego continúa ardiendo y los escritores que oscilamos entre la rebeldía y la consideración, la travesura y la responsabilidad sabemos bien que los escollos son una buena señal en el camino de la exploración de nuestra sociedad y de los recursos expresivos de la literatura.

Por todos estos motivos para mí tiene un valor inestimable que la Casa de la Literatura Peruana, entidad perteneciente al Ministerio de Educación y la de mayor prestigio del Estado, sea la institución que me conceda este premio. Me produce una inmensa alegría y me enaltece más conocer la lista de los ganadores anteriores, notables personalidades de la crítica, la creación y la difusión literarias. Aunque debo confesar que me abruma reconocer que hay escritoras y escritores que merecerían estar en mi lugar. No obstante, el tramado de estas emociones me han traído a recibir este reconocimiento con humildad y gratitud. Gracias a Milagros Saldarriaga y a la hermandad de esta casa, a mi entrañable familia, a las amigas y los amigos presentes y ausentes, a mis estudiantes que tanto me han querido a lo largo de cuarenta y cinco años y a la Universidad de Lima que me ha consentido la necesaria independencia. Y de manera muy especial a Luzmila y Rosario, mi madre y mi esposa; a mi hija Naiara y mis hijos Diego y Vicente, y a los hijos de mis hijos, Nuno e Itzán, quienes me enseñan diariamente los dones del amor.

[1]

El autor hace referencia al Colegio José Maristas. Nota del Editor.

[2]

Pocos años después del fallecimiento de Washington Delgado, Eslava se hace cargo de la edición de su obra completa y publica gracias al Fondo Editorial de la Universidad de Lima, en 2008, los volúmenes siguientes: Tomo I. El corazón es fuego. Obra poética; Tomo II. Monólogo del habitante. Cuentos y artículos culturales; Tomo III. Oficio y conducta. Tratados de literatura española y peruana; Tomo IV. Para vivir mañana. Ensayos y conferencias de literatura. Nota del Editor.

[3]

Constantino Carvallo muere en agosto del 2008. Poco tiempo después, Eslava se empeña en reunir y editar sus ensayos y notas dispersas en diarios y revistas. Conforma tres volúmenes que aparecen publicados, entre 2009 y 2013: Diario educar. Tribulaciones de un maestro desarmado (2009), que aparece con el ensayo Los ojos de los cuervos; Donde habita la moral. Reflexiones sobre filosofía y educación (2013); y Séptima luna. Encantamientos de cine y literatura (2013). Nota del Editor.

[4]

Talleres Gráficos de la Imprenta Lumen. Antigua calle La pescadería 137, Lima. Nota del Editor.

Cine y bibliotecas: escenarios disruptivos

flyer_CINEYBIBLIOTECAS-01Los domingos 6 y 13 de noviembre de 2022, a las 3:00 p.m., en la Sala de Exposición Temporal 2 de Casa de la Literatura (Jirón Áncash 207, Centro Histórico de Lima), se proyectarán dos cintas que representan a las bibliotecas como escenarios de encuentro con la comunidad. Este evento es organizado en el marco del Mes de las Bibliotecas. El ingreso libre.

Domingo 6 de noviembre

Película: Libros y nubes: Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca (Dir. Pier Paolo Giarolo, 2013)

Sumilla:
El documental presenta dinámicas de trabajo de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca y sus proyectos de lectura.

 

Domingo 13 de noviembre

Película: La biblioteca (Dir. Emilio Estévez, 2018)

Sumilla:
Un acto de desobediencia civil se convierte en un enfrentamiento con la policía cuando personas sin hogar en Cincinnati se apoderan de la biblioteca pública para buscar refugio del intenso frío.

Jorge Eslava Calvo, Premio Casa de la Literatura Peruana 2022

Imagen WebPresentamos una publicación especial sobre la vida y obra del escritor, editor, investigador y docente Jorge Eslava Calvo, Premio Casa de la Literatura Peruana 2022. Esta distinción celebra su trayectoria de vida dedicada a enriquecer y abrir nuevos caminos para la literatura en el Perú. Es, además, una figura inspiradora en la formación de lectores y cimiento de vocaciones en torno al libro. Esta distinción también alcanza su rol como editor a través del sello Colmillo Blanco.

La publicación recorre las diferentes facetas y miradas de Jorge Eslava, además, presenta los artículos de las editoras Angela Arce y Daniela Alcalde, quienes abordan su faceta como editor, docente y autor. También presenta infografías sobre la propuesta gráfica de Colmillo Blanco y el acercamiento de algunos de sus personajes entrañables. 

Descargue aquí la versión en PDF (20.2 mb)

Jorge Eslava recibe el Premio Casa de la Literatura en ceremonia presencial

Jorge Eslava posa con los libros editados por Colmillo Blanco. (Crédito de foto: Handrez García/Casa de la Literatura Peruana).
Jorge Eslava posa con los libros editados por Colmillo Blanco. (Crédito de foto: Handrez García/Casa de la Literatura Peruana).

El escritor, editor, investigador y docente, Jorge Eslava Calvo, recibirá el Premio Casa de la Literatura Peruana 2022 en una ceremonia pública y de ingreso libre que se realizará en el auditorio de nuestra sede institucional (Jirón Áncash 207, Centro Histórico de Lima).

Esta distinción reconoce la trayectoria de vida de Eslava, la cual ha enriquecido y abierto nuevos caminos para la literatura en el Perú. Además, considera su faceta como formador de lectores, tanto como docente y editor del sello Colmillo Blanco.

La ceremonia contará con la participación de Jorge Eslava y de Milagros Saldarriaga Feijóo, directora de la Casa de la Literatura. Asimismo, se distribuirá de manera gratuita un periódico de 20 páginas sobre la vida y obra del autor homenajeado. Dicha publicación también estará disponible en nuestro sitio web.

La capacidad del auditorio de la Casa de la Literatura Peruana es de 100 personas, por lo cual se habilitará también una pantalla de televisor en el Café Literario. De manera virtual, se transmitirá la ceremonia a través de la página de Facebook de la Casa de la Literatura.

La entrega del Premio coincide, además, con el aniversario número 13 de la Casa de la Literatura Peruana, centro cultural del Ministerio de Educación que abrió sus puertas el 20 de octubre de 2009.

 

Lee aquí las consideraciones del Premio Casa de la Literatura 2022 otorgado a Jorge Eslava.

 

Narratón Déjame que te Cuente 2022: ¡Todo cuenta!

La Narratón vuelve al formato presencial luego de dos años de realizarse de manera virtual. (Foto: Casa de la Literatura)
La Narratón vuelve al formato presencial luego de dos años de realizarse de manera virtual. (Foto: Casa de la Literatura)

El domingo 23 de octubre de 2022, de 12:30 a 7:00 p.m., en el frontis de la Casa de la Literatura Peruana (Jirón Áncash 207, Centro Histórico de Lima), se realizará la Narratón Déjame que te Cuente 2022, actividad organizada por la Asociación Déjame que te Cuente como parte de las celebraciones por el 13°aniversario de la Casa de la Literatura. El ingreso es libre.

La propuesta de este año conjuga la noción de juglaría (danza, el canto y la palabra) y nuestras artes populares. Estos, asociados a la palabra, rendirán homenaje a los clásicos de la literatura oral y escrita, como José María Arguedas, Ricardo Palma, Victoria Santa Cruz, Carlota Carvallo, entre otros.

Durante las casi siete horas de festival participarán destacados narradores y narradoras orales. Así también, habrá un espacio para niños y adolescentes.

La apertura estará a cargo del maestro Andrés Chimango Lares y sus nietos Andrés y Valentina Lares Vilcahuamán, danzantes de tijeras; y el cierre a cargo del grupo Los Chasquis con la poesía y música de la canción criolla.

La actividad se realizará de manera continua frente a la puerta principal de la Casa de la Literatura. Habrá sillas para que el público pueda disfrutar de las narraciones.

El Festival Déjame Que Te Cuente se realiza desde el año 2000 como una necesidad en el Perú y en el mundo iberoamericano de difundir la narración oral como arte escénico. Durante los dos primeros años de la pandemia por el COVID-19, el festival y la Narratón se adaptaron a la virtualidad.

Participantes del taller “Palabras en Libertad: la voz como herramienta poético-sonora”

 

Vallejo1El viernes 21 y sábado 22 de octubre de 2022, de 3:30 p.m. a 6:30 p.m., en Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), se realizará el taller Palabras en Libertad: la voz como herramienta poético-sonora, a cargo del artista sonoro e investigador musical español José Ignacio López Ramírez Gastón. La participación es previa inscripción.

Participantes

1. Abelardo Miguel Cavero Mendoza
2. Aldrin Del Castillo Tinoco
3. Carla Ávila Arias
4. Carlos Julián Vargas Arellano
5. Carlos Morales Falcón
6. Gabriel Huatuco Ramírez
7. Gabriella Estefanía Paredes Rodríguez
8. Heydi Mori Alvarado
9. Jason Danilo Willis Santiago
10. Mario Martín Morquencho León
11. Miguel Ángel Celis Meneses
12. Roxana Meza Motta
13. Sandra Tatiana Luján Muñoz
14. Sara Maria León Gayoso
15. Valeria Montalva Neira
16. Ysavo Cartier Morales Torres

Sumilla
Este taller busca acercar a los participantes a la experimentación poética a través de la unión de la palabra con las cualidades sonoras. Para ello, se hará uso de la voz como instrumento sonoro verbal y no verbal, el cual será acompañado de efectos por medio de instrumentos electrónicos. El taller se desarrolla siguiendo la tradición de las palabras en libertad del movimiento futurista de principios del siglo XX y otras muchas vanguardias históricas. El taller busca potenciar las posibilidades de la expresión poética más allá de la palabra y el lenguaje común y su valor semántico, buscando nuevas formas de transmitir emociones, sensaciones o ideas.

Cómo participar

Para participar del taller es necesario completar el siguiente formulario virtual (hacer click en el enlace), prestando especial atención a las preguntas incluidas en él, dado que son el filtro más importante para la selección. Se podrá postular hasta el martes 11 de octubre de 2022 (al mediodía). La lista de personas seleccionadas se publicará el lunes 17 de octubre.  Vacantes limitadas.

Sobre el tallerista
José Ignacio López Ramírez Gastón (Barcelona, 1968). Es artista sonoro e investigador musical. Doctor y magister en música por la University of California San Diego. Desde 1988 se dedica a la experimentación con poesía fonética y música de base tecnológica. En la actualidad es director de Innovación y Transferencia Tecnológica en la Universidad Nacional de Música.

Alfredo Mires Ortiz: líder, intelectual, bibliotecario y comunero al servicio del país

Alfredo Mires Ortiz RED+

Alfredo Mires lideró proyectos en torno al libro dirigido a la comunidad y construida por esta. (Foto: Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca).

Alfredo Mires Ortiz, intelectual, gestor cultural y fundador de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, ha partido en la madrugada del domingo 16 de octubre. Nos deja su admirable legado de pensador libre y comprometido con Cajamarca y el Perú, que agradecemos y confiamos que seguirá floreciendo en la comunidad cultural del país.

Mires Ortiz recibió nuestra distinción institucional más importante en 2021, año del Bicentenario de la Independencia, como reconocimiento a su trabajo incansable a favor de la lectura

Como fuera su voluntad, está siendo velado en el local de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, ubicado en Avenida Perú 416, y luego será trasladado al velatorio El Ángel, de Chiclayo.

SOBRE ALFREDO MIRES ORTIZ

Alfredo Mires Ortiz nació en Chepén, La Libertad, el 23 de febrero de 1961. Inició su labor comunitaria a los 15 años con la edición del boletín de Prensa Popular. Fue durante este proceso que conoció al sacerdote Juan Medcalf, fundador de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca. Alfredo Mires se integró en 1977 a la Red y, cuatro años más tarde, se trasladó a vivir en Cajamarca, donde asumió su conducción tras la partida definitiva de su fundador al Reino Unido.

Estudió Antropología en la Universidad Salesiana de Quito, en Ecuador. Ha fundado el Archivo de la Tradición Oral Cajamarquina, el Grupo de Estudios de la Prehistoria Andina, así como el Proyecto Enciclopedia Campesina, dedicado a la recuperación de la memoria colectiva.

De su autoría, edición o dirección, como parte de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, ha publicado más de 200 títulos sobre tradición oral, religiosidad y cultura andina, arte rupestre e historia desde los propios pueblos. Ha desarrollado diversas experiencias con educación y prensa popular, historia oral, salud comunitaria, medio ambiente, bibliotecología, dinámica de grupos e investigación participativa.

Por su labor como investigador y su trabajo en la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca ha obtenido diversos reconocimientos. En 1992 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo “Kukulí”; en 2003, el Proyecto Enciclopedia Campesina de Cajamarca obtuvo el Premio Internacional del Convenio Andrés Bello. En el 2013, recibió la Medalla Inca Atahualpa del Gobierno Regional Cajamarca; en el  2018, obtuvo el reconocimiento Jorge Basadre Grohmann, de la Biblioteca Nacional del Perú, y, en el 2020, fue reconocido como Personalidad Meritoria de la Cultura, por el Ministerio de Cultura de Perú.

Mapa Literario de César Vallejo en Trujillo

Mapa CV_Trujillo 2022_CURVASEn el marco de la exposición Ya viene el día. César Vallejo, el fervor y la palabra, realizada en la sede de Casa de la Literatura Peruana, se gestó el Mapa Literario de César Vallejo en Trujillo, una publicación que presenta los lugares por los que transitó el poeta y que aún hoy pueden ser visitados. 

El mapa es resultado de un trabajo colaborativo con distintos agentes culturales locales vinculados con el libro y la lectura. Estos agentes, que respondieron a la convocatoria realizada con el apoyo de la Red Peruana de Mediadoras y Mediadores de Lectura, fueron los colectivos Biciteca Trujillo, Chisco, Ex Libris Truxillo y Los 11 de Vallejo.

En ese sentido, el Mapa Literario de César Vallejo en Trujillo resulta una invitación a conocer más de Vallejo y de su obra a través de la ciudad que fue testigo de sus primeras andanzas, pero sobre todo es una oportunidad para volver a conocer la historia de la ciudad de Trujillo desde la literatura.

Descargue aquí el mapa de forma gratuita en formato PDF (8,70 mb)

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