Palabras de Bertha Rodríguez de Emanuel, en el homenaje a su padre

De izq.a der.: Karen Calderón, Manuel Pantigoso, Alan García Pérez, Nytha Péres de García, Bertha Rodríguez Emanuel y (en el podio) Helena Emanuel Rodríguez.

 

 

La Casa de la Literatura Peruana está presentando un homenaje al escritor arequipeño César “Atahualpa” Rodríguez. La muestra, que estará abierta al público hasta el 5 de junio, fue inaugurada el 4 de marzo, con la presencia del Presidente de la República, Dr. Alan García Pérez; la directora de la Casa de la Literatura, Dra. Karen Calderón Montoya; el Dr. Manuel Pantigoso; la Sra. Nytha Pérez de García; y Bertha Rodríguez de Emanuel, hija del poeta.  

En esta emotiva ceremonia, la hija del poeta dirigió unas palabras al público y luego invitó a su nieta, Helena Emanuel Rodríguez, a leer un discurso que ella había preparado. 

A continuación reproducimos las conmovedoras palabras de Bertha Rodríguez de Emanuel, hija del gran César “Atahualpa” Rodríguez:    

«Señor Presidente  de la República, Dr. Alan García Pérez; Señorita Directora de la Casa de la Literatura Peruana, Karen Calderón Montoya; Distinguida dama, Sra. Nytha Pérez de García, madre de nuestro Presidente; respetable público. 

Soy la hija única del poeta y escritor arequipeño César Augusto Rodríguez Olcay, más conocido como César “Atahualpa” Rodríguez debido al doble bautizo que le hiciera su amigo el poeta Percy Gibson, al decirle que no debería llamarse con el nombre del emperador romano, sino, con el de un emperador inca. 

Es para mí un honor estar presente esta noche memorable  en que gracias a la iniciativa del supremo gobierno, se está rindiendo un homenaje a la persona de mi padre. Mi presencia aquí se debe a que he venido desde Arequipa, la tierra de mis mayores, a presentar  mi ofrenda de gratitud y reconocimiento a la gran sensibilidad de todas las personas que han hecho posible este reconocimiento. 

No quisiera que el espíritu de mi padre se encuentre ausente en esta ceremonia, y yo lo he traído del más allá a través de sus propias palabras conceptuales acerca de la poesía. Debido  a que he sido recientemente operada de los ojos es que no podé leerlas, por ello las oiréis en los labios de mi hija a quien le he pedido que las transmita con la misma emoción y amor con que yo las hubiera dicho. 

Voy a permitirme hacer mención de algunos conceptos que él tenía sobre la poesía y que los manifestó en diversas circunstancias: 

  • El verso es la expresión culminante de un espíritu que llega a la plenitud de los conocimientos humanos y que los devuelve en forma melodiosa e inmaterializable para que las multitudes se levanten con ansiedad de cielo y esperanza de la eternidad.
  • Para que el pensador o poeta lo primero que hay  es el ente moral. Sin ello no se alcanza nunca la jerarquía apetecida  ni se consigue un puesto destacado en el aprecio de las colectividades y la obra, por bien escrita que estuviera, será siempre nociva. Circulan  en el mundo gran número de volúmenes escritos en verso, sin que se pueda obtener de ellos una sola gota de poesía.
  • La poesía, tal como la concibo, y tal como la pretendo realizar, no es un juego simple de palabras que puede estar al alcance de cualquier hombre ingenioso, es una lenta capacitación de la sensibilidad para expresar cosas suprasensibles que nunca han existido y que comienzan a existir cuando el poeta, usando la frase de Cristo al paralítico, le dice “Surge et ambulla”.
  • A los que piensan que el verso métrico ha desaparecido ya de la poesía porque el hombre “nuevo” así lo ha resuelto, T.S. Eliot, uno de los grandes líderes de la poesía contemporánea, les ha dicho: “No existe el verso libre… No se puede evadir el metro, tan sólo es posible dominarlo”.
  • A los sensibleros y no sensibleros les responde la vida: el hombre que siente lo que vive y puede transformar eso que vive en poesía, déjenlo que lo haga con los materiales que más le convenga a su propósito. Si es Goethe, empleará alternativamente los elementos clásicos y románticos que tuvo a la mano; y si es Rike, se desempeñará como existencialista. En ambos casos tendremos dos grandes poetas que duraran todo el tiempo que dure la tierra.
  • Para mí, vivir no es estar en cualquier parte, y cumplir con el ciclo de la existencia es más bien peregrinar hacia las fuentes de la sabiduría y embeberse de las linfas profundas en provecho propio y de los demás hombres.
  • Mi poesía no tiene mejor lector que yo mismo, puesto que ella es mi propia vida. Lo que sale del escritor al público, se desnaturaliza al pasar de una persona a otra, perdiendo en el tránsito la verdadera sustancia.
Escritor arequipeño César "Atahualpa" Rodríguez.

 

Al preguntarle yo cierto día: “¿Padre, por qué no publicas tus versos? Me respondió: “Porque yo no vendo a mis hijos”. Tampoco recurrió jamás a dicha publicación para obtener algún provecho económico. Y ni siquiera la voz de la crítica que siempre le fue consagratoria, pudo estimularlo para lograr a través de ella algún acomodo. 

Dijo en cierta ocasión: “Mi obra poética, no es el producto de una falsa tendencia a convertirme en un personaje literario. Ella nació de la esencia misma de mi sensibilidad torturada. Como vine al mundo muy poco capacitado para ser un hombre de presa adopté en él la actitud menos agresiva. Convencido de mi insignificancia, procuro esconder mi labor y fastidiar lo menos posible con la publicación de mis poemas. Jamás he intentado ser un poeta famoso. La mayor parte de mi obra vive sepulta en los cajones de mi escritorio. Tengo tan alto concepto de la poesía, y me siento tan pequeño frente a la potencia sobrehumana, que estoy ruborizado ante vosotros de que me creáis siquiera un pasable versificador. Sin embargo, intimido por ese concepto, he tratado de hacer los esfuerzos más grandes para respaldar en alguna forma el atrevido intento de arte que vengo realizando. Para ello me quemo a diario las pestañas con el fin de conseguir una modesta cultura y poder atisbar así en las profundidades de mi alma lo que pudiera servir de material de construcción en ese edificio de palabras inútiles que he ido levantando con amoroso desvelo a través de mi vida; y que, ¡quién sabe!, sin acabarlo, ya esté para caerse”. 

De acuerdo con su sentir los 5 libros publicados fueron obra de sus amigos y de las entidades que lo admiraban. 

Con esta muestra, el pensamiento paterno será apreciado por los presentes y las nuevas generaciones, para quienes el nombre de César A. Rodríguez sería el de un ilustre desconocido. Y aunque esas generaciones hayan dado a la poesía un sentido y formas diferentes, no es menos cierto que la belleza nunca pierde vigencia cuando se manifiesta con sinceridad y con la alcurnia suficiente que le permite desafiar a las sucesivas modas, que son pasajeras, para permanecer en el recuerdo y el reconocimiento de los hombres de todos los tiempos. 

A este respecto, mi padre decía: “Por felicidad existe sobre la tierra la muerte y la vida: la muerte que elimina lo inservible, aquello que no tiene razón de ser; y la vida, que procrea la juventud como un signo inequívoco de inmortalidad. Los estilos literarios y poéticos, están expuestos, como todo lo que vive, a envejecerse y a rejuvenecer; permitiéndosele en su rejuvenecimiento continuar su ciclo de vida a través de una constante impulsiva selectiva. También existe el metabolismo psíquico que restaura las experiencias aniquiladas y estimula la fuerza creadora, empujando la obra humana hacia adelante, hacia la perduración”. 

En una encuesta promovida por el diario “El Pueblo”, cuando le preguntaron: ¿Cuál cree Ud. que es el deber del intelectual de esta época?, respondió: “Hacer Perú. Contribuir con el pensamiento y con la vida a que nuestro pueblo vuelva a sentirse acompañado por una fuerza directora. Ponerse a la cabeza de los sucesos. Contemplar desde la altura lo que ha de venir, para abrir el cauce. Manejar la brújula cardíaca del pueblo, indicándole el rumbo. Despojarse de las vestiduras ornamentales de la retórica, para que la idea se exprese en el lenguaje de todos. Socialmente considerada, mayor importancia tiene una expresión de fácil acceso, que aquella que sólo causa asombro en las élites. Vincularse con el alma popular para recoger sus latidos y expresarlos en forma coherente. Buscar al pueblo, no para hacerse admirar por él, sino para comprenderlo y ayudarlo. Emanar simpatía con el pensamiento, a fin de que la energía mental no provoque rechazos ni se obstruya en los vericuetos de la intriga. Ser fuerte de cuerpo y de alma para no caer en la repugnancia social y para que la actitud no sea sospechosa y tenga la expresión de la propia fortaleza. Sentir la voluptuosidad del sacrificio sin que lo arrenden las amarguras que se cosechan, pensando. No hay parto más laborioso ni hijos más censurados que los que nacen del cerebro. Pero, como padre de esos hijos, el escritor al procrearlos, debe saberles infundir el decoro y la arrogancia de seres inmortales. Tener presente que el intelecto ni nada sobre la tierra se produce por generación espontánea. Que para procrear hay que poseer elementos de fecundación y autofecundarse, estudiando. Que la cultura llega muy despacio y que el tiempo vuela. Repetirse como Hipócrates: “HO BIOS BRAKUES; HEDE TEKNE MAKRE” (El arte es largo, la vida breve) y, de todas maneras, si la voz del pueblo es la voz de Dios, que el escritor sea siempre la voz del pueblo”. 

Además de los anteriores conceptos que definen la personalidad intelectual del autor cuya exposición se está presentando, creo que debe considerarse otro aspecto de él no menos importante: su profundo amor por Arequipa. 

La muestra en homenaje al poeta podrá verse hasta el 5 de junio.

 

En una de las tantas veces en que lo puso de manifiesto, declaró: “Del humus de la tierra arequipeña se ha sustentado mi cuerpo y mi alma. Arequipa me enseñó a ser sobrio y a despierta la mente y la sensibilidad. De esta santa matriz me viene el anhelo de pensar y sentir. Su historia está hecha de pasiones tremendas y de zumo de yaraví que se me ha subido a la sangre, allá adentro me coacciona sustancias mentales y hace sobrenadar las fosforescencias de mis versos. Todo lo que vale en mi obra literaria a ella se lo debo. Yo soy más que un antagónico canal por donde Arequipa se desborda. Tanto es así que mis cantos en elogio de su grandeza tienen la musculatura de sus volcanes y el arrobo de sus crepúsculos fastuosos; tienen el aturdimiento de sus gestas cívicas y el son tremulante de sus campanarios; tienen también el oxígeno verde de sus chacras salutíferas. En ninguno de mis versos falta la sustancia arequipeña y no puede faltarles porque yo he crecido sobre el suelo igual que un sauce bien enraizado y amorosamente concebido”. 

Y es que él consideraba que en la poesía no basta la expresión del yo profundo del poeta, sino las características de la colectividad con quien se convive, de las que resulta expresado. 

Son sus palabras: “Se podría creer que nada agrega a la poesía el que se cante como arequipeño o como neerlandés. Solemne disparate. Ser de alguna parte, es distinguirse de los demás habitantes de la tierra; es tener un idioma, una tradición, unas costumbres, una fisionomía y una manera de ser característica. Es llevar sobre la piel y sobre el alma, como una impronta el sello de la raza que pertenece, el medio físico y espiritual en donde se germina y la manera típica de comportárnos al afrontar diversas circunstancias de la vida. Si traicionamos esos principios, nos convertiremos en marionetas manejadas por impulsos ajenos en escritores de ínfima categoría, repetidores de lo que hacen, con el automatismo de los papagayos”. 

“Todo verdadero escritor, se llame prosador o poeta, si quiere ver que su obra alcance nombradía universal y tenga la duración de lo que es útil y necesario, no debe perder jamás su autonomía, afirmando este imperativo racial con el estudio profundo de todos los conocimientos humanos posibles, como en el caso de Rubén Darío o como en el caso más típico aún del maravilloso poeta Juan Wolfgang Goethe, que es también un sabio, porque poesía y sabiduría, son la misma cosa”. 

Muchas gracias, Sr. Presidente, en nombre mío, el de mi familia y desde luego en nombre de mi abuelo. Muchas gracias».

Inauguramos nuestros homenajes a José María Eguren, Luis E. Valcárcel y El libro infantil peruano

 

Hoy, jueves 17 de marzo, a las 7 p.m., en nuestro auditorio, inauguramos nuestras nuevas exposiciones de las salas temporales. En la mesa de honor participarán: la directora de la Casa de la Literatura Peruana, Dra. Karen Calderón Montoya; Teresa Bérninzon Eguren, sobrina nieta de José María Eguren, quien brindará un testimonio sobre el famoso poeta; y Fernando Brugué Valcárcel, nieto del pensador Luis E. Valcárcel, quién nos hablará de la vida y legado de su abuelo.

En las muestras se rendirá tributo a José María Eguren, un autor fundamental para comprender la historia de la poesía peruana del siglo XX. La exhibición se centra en la figura del poeta y la celebración del centenario de la aparición de Simbólicas, su primer poemario, considerado el libro fundador de la poesía peruana contemporánea y moderna. Asimismo, una sala está dedicada a Luis E. Valcárcel, uno de los más importantes investigadores del mundo andino, de su cultura y del pasado prehispánico. Se presentarán fotografías, libros y pertenencias del intelectual. También se presentará la exposición “El Libro Infantil Peruano”, donde se podrán ver fragmentos de importantes cuentos y poemas de nuestra tradición infantil, acompañados de los trabajos artístico de Liz Valdez Naupari.

Otra muestra que se encuentra en exhibición es el homenaje al poeta arequipeño César “Atahualpa” Rodríguez, que puede visitarse en el Bulevar de la Lectura.

Las exposiciones estarán abiertas al público de martes a domingo, de 9:30 a.m. a 7:30 p.m. hasta el 5 de junio. El ingreso es libre.

Un homenaje a Eguren y a “Simbólicas”

  • Primer libro de Eguren cumple 100 años y la CASLIT lo celebra con una exposición.
  • Manuscritos y objetos de Eguren podrán ser vistos por el público.
Xilografía de José María Eguren, por Esquerrilof.

Gran parte de la crítica literaria suele ubicar a José María Eguren (1874- 1942), al lado de César Vallejo y Martín Adán, como las voces mayores de nuestra tradición poética, fundamentales para poder comprender la historia de la poesía peruana del siglo XX.

Eguren inauguró un tipo de poesía marcada por la musicalidad y un sugerente mundo de seres imaginarios. Este año se cumple un siglo de la publicación de Simbólicas (1911), su primer libro de poemas. Este texto es considerado por la crítica literaria como el fundador de la poesía peruana contemporánea y moderna, y es el único poemario representativo de la lírica simbolista de nuestra tradición poética. En Simbólicas destacan poemas como “El Duque” o “Los reyes rojos”, donde encontramos a curiosos personajes.

Para rendir tributo a este escritor, la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Ancash 207, Lima) inaugura el jueves 17 de marzo, a las 7:00 p.m., en la Sala 14, la muestra “Centenario de Simbólicas de José María Eguren”. La exposición estará abierta al público de martes a domingo, de 9:30 a.m. a 7:30 p.m. hasta el mes de junio. El ingreso es libre.

La exhibición comprende la vida de Eguren, sus libros y su relación con otros escritores e intelectuales como Abraham Valdelomar, Martín Adán y José Carlos Mariátegui.

Primera edición de "Simbólicas", poemario de José María Eguren, que cumple 100 años, y será parte del homenaje de la CASLIT.

La Casa de la Literatura Peruana exhibirá como parte de sus adquisiciones una foto, tal vez la única conservada hasta el momento, donde aparecen juntos Martín Adán y José María Eguren. También se podrá ver sus primeras ediciones, manuscritos, correspondencia y fotografías tomadas por él. Entre los manuscritos destaca el poema “Romanza de Lima” y una edición de Poesías (1929), con correcciones y anotaciones hechas de puño y letra por el propio poeta.

También se mostrarán cartas que Eguren recibió, del poeta francés Rosemonde Gérard; de su amigo cercano Enrique Bustamante y Ballivián; y postales que le enviaron Angélica Palma, hija del gran tradicionista; y César Moro, autor de La Tortuga Ecuestre.

Otras novedades son: un apunte a lápiz de las Ruinas del Monasterio de Guía (1911), realizado por Abraham Valdelomar y dedicado a Eguren; y la exhibición de fotografías tomadas y reveladas por el poeta, que fueron capturadas con la cámara que el mismo inventó con un tinterillo de madera.

Asimismo se podrá ver una edición de Colónida (1916), revista de Abraham Valdelomar, cuyo número 3 fue dedicado íntegramente a José María Eguren, y que incluye retratos realizados por el “Conde de Lemos”.

Cabe resaltar que desde siempre, la figura de Eguren fue reconocida por un cenáculo de intelectuales muy importantes quienes encontraron en su obra un nuevo tipo de poesía, que abría otros derroteros en la lírica peruana. Abraham Valdelomar, César Vallejo, Manuel González Prada, José Carlos Mariátegui, Jorge Basadre, fueron algunos de los que saludaron su genio. Internacionalmente recibió el elogio de figuras como Gabriela Mistral y Jorge Luis Borges, quien lo menciona en su poema “El Perú”. Revistas peruanas de la trayectoria de Colónida y Amauta le dedicaron sus respectivos números homenajeando su obra.

Su segundo poemario, La canción de las figuras (1916), lo consolidó como el mayor poeta peruano de comienzos del siglo XX, antes de la aparición de César Vallejo. En este segundo libro aparece su poema más emblemático “La niña de la lámpara azul”.

Además de escritor, José María Eguren desarrolló otras habilidades como artista. Como fotógrafo, destacan sus minifotos, algunas de las cuales podremos ver en la muestra. También fue un gran acuarelista. Como crítico fue capaz de reflexionar sobre la poesía y la estética en diversos artículos.

Recordando a Luis E. Valcárcel

  • La Casa de la Literatura Peruana rinde homenaje a este importante pensador, al celebrarse los 120 años de su nacimiento.
Luis Eduardo Valcárcel acompañado de sus hijos Ada, Margot y Frank (1929).

Luis Eduardo Valcárcel (Ilo, Moquegua 1891 – Lima Perú, 1987) fue uno de los más importantes investigadores del mundo andino, de su cultura y del pasado prehispánico. Este historiador y antropólogo, nacido en Moquegua, no solo colaboró con la vida cultural del país a través de sus libros, sino también ejerciendo la docencia, el periodismo e innumerables cargos públicos.

Su libro más emblemático fue Tempestad en los Andes (1927), estudio con el que contribuyó a la consolidación del Indigenismo cultural, movimiento que se estaba desarrollando por aquella década tanto el Perú como en otros países andinos. Este libro es visto como un texto donde se defiende al indio y se destaca la situación de opresión en la que vivían los campesinos.

Dada la importancia de este personaje para la historia de nuestro país, la Casa de la Literatura Peruana presenta la exposición “Homenaje a Luis E. Valcárcel”, conmemorando los 120 años de su nacimiento. La muestra inaugura el jueves 17 de marzo, a las 7 p.m., en la Sala 15. Y estará abierta al público de martes a domingo, de 9:30 a.m. a 7:30 p.m. hasta el mes de junio. El ingreso es libre.

El ambiente donde se realizará la exposición se convertirá en una sala objeto pues presentará la vida de este importante intelectual a través de pertenencias personales, artículos y condecoraciones que lo acompañaron a lo largo de su trayectoria. Se podrá ver su máquina de escribir, con la que plasmó sus famosos libros, su sombrero de copa, su bastón, su reloj de bolsillo, entre otros objetos. Así como la condecoración de las Palmas Magisteriales, que le fueron otorgadas en el grado de “Amauta”; la medalla de Catedrático Emérito de la UNMSM; la medalla de Honor del Congreso del Perú; la medalla de la Orden del Mérito Municipal; la medalla de Miembro del Consejo Consultivo de la UNESCO; la de Miembro de La Legión de Honor de Francia, entre otras.

También se reproducirá una galería de fotos donde se hace un recorrido de la trayectoria de Valcárcel a través de imágenes.

Luis Eduardo Valcárcel Vizcarra nació en Moquegua pero desde temprana edad sus padres lo llevaron a vivir al Cuzco, donde desarrolló su vida intelectual.

A inicios de la década del 30 se trasladó a Lima donde fue nombrado Director del Museo Bolivariano; luego obtuvo el mismo cargo en el Museo de Arqueología Peruana, el Museo Nacional de Historia y el Museo Nacional de Cultura Peruana. A la fecha de su retiro, en 1946, fue consagrado como Director Emérito de los Museos Nacionales.

 A lo largo de su vida fue docente, investigador y periodista. Fundó el primer Museo Antropológico del Cuzco y el Archivo de la Universidad San Antonio Abad. Fue director del diario El Comercio del Cuzco y editorialista de los diarios El Sol, La Sierra, y El Sur.

En Lima, laboró como catedrático en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde fue Director-Fundador del Instituto de Etnología, Decano de la Facultad de Letras y Profesor Emérito. Asimismo, desempeñó la carrera docente en la Universidad de Columbia, en Nueva York.

Valcárcel desempeñó otros cargos públicos como Ministro de Educación Pública (de 1945 a 1947); Presidente del Instituto de Estudios Peruanos; de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA); del Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA); y del Comité Interamericano del Folklore. También fue Director del Instituto Indigenista Peruano; Miembro del Comité Ejecutivo Peruano de la UNESCO; Vicepresidente de la Academia Nacional de Historia, y del Centro de Estudios Histórico-Militares.

Una mirada al Libro Infantil Peruano

"Muki, el torito", cuento de Carlota Flores de Naveda, en una composición artística de Liz Valdez Naupari, será parte de la exposición.

 

Desde 1967, el 2 de abril —aniversario del nacimiento del escritor Hans Christian Andersen—, se celebra el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil en todo el mundo.

En el marco de esta celebración, la Casa de la Literatura Peruana presenta la exposición “El Libro Infantil Peruano”, que está dedicada a fomentar el amor por la lectura y promover el interés de los libros para niños.

La muestra se inaugura el jueves 17 de marzo, a las 7 p.m., en la Sala 16 de la CASLIT (Jr. Ancash 207, Lima). Y estará abierta al público de martes a domingo, de 9:30 a.m. a 7:30 p.m. hasta el mes de junio. El ingreso es libre.

La exhibición comprende cuentos de Abraham Valdelomar (El Caballero Carmelo), Carlota Carvallo (Oshta y el duende), Francisco Izquierdo Ríos (El bagrecico), Arturo Corcuera (El niño que no quería leer), Carlota Flores de Naveda (Muki el torito) y Jorge Eslava (El Capitán Centella enfrenta a la profesora Hierbamala).

Junto a los fragmentos de estos textos podemos ver una composición artística realizada porla artista Liz Valdez Naupari, que grafica las historias.

Los escritores presentados en la exposición son autores emblemáticos de nuestra tradición literaria infantil.

En torno a esta exposición también se realizarán Cuentacuentos para los más pequeñitos y se repartirá material educativo a los visitantes.

Patricia Colchado presenta su novela

Una de las voces más singulares de la poesía peruana escrita por mujeres de los últimos tiempos es Patricia Colchado. La suavidad y tersura de sus versos son un elemento que no se encuentra muy presente en las poetas de su generación.

Colchado ha publicado Hypercubus (2000), Blumen (2005) y Las pieles del Edén (2007 ), poemarios con los cuáles ha afianzado su voz de delicado lirismo. En esta ocasión la autora nos sorprende con La danza de Narciso, novela poublicada por editorial San Marcos.

El libro será presentado por Carlos Calderón Fajardo y Dennise Vega Farfán, el miércoles 16 de marzo, a las 6:30 p.m. en el auditorio de la Casa de la Literatura Peruana. El ingreso es libre.

Cecilia Podestá en la Sala del Autor

Poeta Cecilia Podestá estará todos los martes de marzo en la Sala del Autor.

La Casa de la Literatura Peruana continúa este año con el espacio denominado Sala del Autor, donde se invita a escritores de diferentes generaciones para conversar con el público sobre su vida, obra y su proceso creativo. Además de entablar un fluido diálogo con el público, respondiendo sus preguntas, y ofrecer sus libros a precios especiales.

Este mes de febrero nos acompaña la poeta, dramaturga y directora del sello editorial Tranvías, Cecilia Podestá, destacada representante de la poesía de la “generación del 2000”. Podestá participará en este espacio todos los martes de marzo (15, 22 y 29), de 3:00 a 5:00 p.m. El ingreso es libre.
Cecilia Podestá (Ayacucho, Perú, 1981)
Estudia Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado los poemarios Fotografías Escritas (Premio Dedo Crítico Poesía 2002, reeditado en el 2007 y guardado con absoluto pudor) y La Primera Anunciación (Ajos y Zafiros, 2006). También la pieza dramática Las Mujeres de la Caja (Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, serie Nueva Universidad). Ha estrenado bajo su dirección escénica, Las Mujeres de la Caja (2003) y Placebo (VII Festival de teatro peruano norteamericano. 2004. Premio Sahara); así como, bajo la dirección de Sara Joffré, La Repisa de los Juguetes Vacíos (como actriz por primera y última vez). Dirige el sello editorial Tranvías Editores. 

Nuevas exposiciones en la CASLIT

Continuando con su labor de difundir la vida y obra de los escritores peruanos de todos los tiempos, la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Ancash 207, antigua Estación de Desamparado, Lima) presenta sus nuevas muestras, que rendirán homenajes a José María Eguren, Luis E. Valcárcel y a la Literatura Infantil Peruana.

Las exposiciones inauguran el jueves 17 de marzo, a las 7 p.m., en el auditorio de la CASLIT. Y estarán abiertas al público de martes a domingo, de 9:30 a.m. a 7:30 p.m. hasta el 5 de junio. El ingreso es libre.

José María Eguren será homenajeado en la CASLIT.

El centenario de Simbólicas

José María Eguren (1874-1942) es considerado, junto a César Vallejo y Martín Adán, una de las voces mayores de nuestra lírica, y un autor fundamental para comprender la historia de la poesía peruana del siglo XX. Se dice que Simbólicas (1911) es el texto fundador de la poesía peruana contemporánea y moderna.

Con motivo de cumplirse un siglo de la publicación de su primer libro, la Casa de la Literatura Peruana presentará la exposición Simbólicas y la poética de José María Eguren” (Sala 14).

Esta exhibición comprende un recorrido por la vida del poeta, sus libros y su relación con otros escritores e intelectuales como Abraham Valdelomar, Martín Adán y José Carlos Mariátegui. Se exhibirán las minifotos del poeta, las primeras ediciones de sus libros, algunos manuscritos y la correspondencia que mantuvo con sus contemporáneos. También se podrá ver una emblemática foto, tal vez la única conservada hasta el momento, donde aparecen juntos Martín Adán y José María Eguren.

Un homenaje a Luis E. Valcárcel

Luis Eduardo Valcárcel (Ilo, Moquegua 1891 – Lima Perú, 1987) fue uno de los más importantes investigadores del mundo andino, de su cultura y del pasado prehispánico. Este historiador y antropólogo no solo colaboró con la vida cultural del país a través de sus libros, sino también ejerciendo la docencia, el periodismo e innumerables cargos públicos. Su libro más emblemático, Tempestad en los Andes (1927), contribuyó a la consolidación del Indigenismo cultural y es visto como un texto donde se defiende al indio y se destaca la situación de opresión en la que vivían los campesinos.

Se homenajeará a Luis E. Valcárcel por los 120 años de su natalicio.
"Oshta y el duende" de Carlota Carvalo en el homenaje al libro infantil.

La muestra “Homenaje a Luis E. Valcárcel” se realizará en el marco de conmemorarse los 120 años de su nacimiento. En ese sentido, en la Sala 15, se presentará la vida de este importante intelectual a través de pertenencias personales, artículos y condecoraciones que lo acompañaron a lo largo de su trayectoria. También se reproducirá una galería de sus fotografías.

Para los más pequeñitos

Con motivo de celebrarse el 2 de abril el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil presentaremos la exposición “El libro infantil peruano” (Sala 16), que comprende cuentos de destacados autores de la literatura infantil nacional. Abraham Valdelomar (El Caballero Carmelo), Carlota Carvallo (Oshta y el duende) y Jorge Eslava (El Capitán Centella enfrenta a la profesora Hierbamala), son algunos de los mencionados. En torno a esta exposición se realizarán Cuentacuentos para los más pequeñitos y se repartirá material educativo a los visitantes.

Agenda cultural del 15 al 20 de marzo

INGRESO LIBRE

Renso Gonzáles en el Taller de Novela Gráfica

Revista Carboncito.
Renso Gonzales en el Taller de Novela Gráfica.

Continuando con el “Taller de novela gráfica”, en esta ocasión tendremos como invitado especial a Renso Gonzales, fundador de la revista Carboncito.  En esta sesión se tocará como tema el concepto y la historia de la Novela Gráfica, así como una mención a los más destacados novelistas gráficos. También se hablará del trabajo en equipo de los Guionistas y Dibujantes.

Por otro lado se impartirán nociones sobre creación y psicología del personaje (protagonistas, antagonistas y personajes secundarios) en la novela gráfica. También se realizará el análisis de las novelas gráficas: Persépolis de Marjane Satrapi y Los Combates Cotidianos de Manu Larcenet.

Renso Gonzales

(Lima, 1980)

Historietista, ilustrador, editor y profesor de cómics. Dirige la revista de historietas Carboncito, desde el 2001, contando actualmente con 13 números hasta la fecha. También ha publicado bajo el sello de Carboncito Ediciones Ilustración Desconocida (primera individual en el Cuarto del Rescate de Café La Máquina, 2007), conjunto de ilustraciones de tema libre; y la reciente publicación Perdidos en Lima (2009), gráficas de personajes del Centro de Lima.

Actualmente prepara su tercera muestra “Luchar o Morir” en Sala 58, que se inaugurará este 1 de abril.

Contacto: rensogonzales80@hotmail.com / www.rensogonzales.blogspot.com – www.carboncito.blogspot.com

La clase se realizará de 10:00 a.m. a 12:00 m. en el auditorio de la Casa de la Literatura Peruana. El ingreso es libre. El taller finaliza el sábado 19 de marzo. El ingreso es libre.

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