Todas las actividades de la Casa de la Literatura son de ingreso libre.
En el último mes del año, la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) presenta diversas actividades con ingreso libre. Tenemos una Feria del Libro Viejo, continúan los recorridos literarios en el Centro de Lima, se mostrarán los avances para el desarrollo de un catálogo virtual de bibliotecas, podrás leer historias de aventuras al aire libre y el coro Paco Yunque nos deleitará con cantos navideños.
Los libreros del jirón Amazonas participarán en una nueva edición de la Feria del Libro Viejo, en ella encontrarán una buena cantidad de libros de literatura y humanidades.
Fecha: sábado 3ydomingo 4 de diciembre, de 10:00 a.m. a 7:00 p.m.
Lugar: hall posterior de la Biblioteca Mario Vargas Llosa
Nuevo recorrido del Mapa Literario en el que se buscará las huellas de imprentas, editoriales y librerías en el Centro de Lima desde sus orígenes hasta el siglo XX.
Fecha: sábados 3 y 10 de diciembre, de 10:00 a.m. a 1:00 p.m.
Punto de encuentro: Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima).
Con la participación de los voluntarios del programa Abuelas y Abuelos Cuentacuentos de la Casa de la Literatura, el programa Bebetecas busca fortalecer la relación entre madres, padres y recién nacidos.
Fecha: domingos 4 y 11 de diciembre, a las 11:00 a.m.
Lugar: Sala de Literatura Infantil Cota Carvallo
El coro Paco Yunque de la Casa de la Literatura, dirigido por el cantante Piero Bustos, presentará un repertorio especial con motivo de la Navidad.
Fecha: domingo 18, a las 5:30 p.m.
Lugar: auditorio
Biblioconversatorio: Experiencias de trabajo con el sistema Koha en bibliotecas
Se mostrarán los avances de experiencias de trabajo con el sistema Koha en bibliotecas. Participa el Equipo de Biblioteca de la Casa de la Literatura y otras bibliotecas invitadas que utilizan el sistema para el desarrollo de su catálogo virtual.
Fecha: domingo 18, a las 3:00 p.m.
Lugar: auditorio
Lectura al aire libre: Libros de aventura
Habilitaremos, en nuestro frontis, un área con mesas, sillas, alfombras y cojines recreando un espacio cómodo para la lectura en familia, también tendrán a disposición libros de aventuras que serán presentados por las mediadoras de lectura de la Sala Cota Carvallo.
Fecha: domingo 18, de 4:00 a 5:30 p.m.
Lugar: frontis de la Casa de la Literatura
El libro es el primer intento de historiar la presencia de los traductores en el Perú (Foto: Bereniz Tello)
La Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura destaca como publicación de la semana a Breve historia de la traducción en el Perú, del poeta, traductor y profesor universitario, Ricardo Silva-Santisteban.
Por Manuel Barrós Alcántara, Biblioteca Mario Vargas Llosa
A lo largo de su vida, Ricardo Silva-Santisteban (Lima, 1941) ha mantenido un incansable compromiso con la literatura y, especialmente, con la poesía. Poeta, traductor y profesor universitario, Ricardo es el editor literario más importante de los últimos años. Ha rescatado, prologado y preparado muchas de las ediciones de poesía y literatura peruana más relevantes de este siglo. Y, dentro de ellas, la traducción literaria ha tenido un lugar fundamental. Además de sus propias traducciones, ha publicado la Antología general de la traducción en el Perú que consta de cinco volúmenes, con varios otros de aparición próxima. Preocupándose no solo de rescatar canónicas traducciones peruanas, también ha difundido varias de las más representativas de la región hispanoamericana. La colección El manantial oculto, su paso por la Biblioteca Abraham Valdelomar y, en los meses más recientes, su labor editorial como presidente de la Academia Peruana de la Lengua son claras muestras de la importancia de todo su trabajo.
En el transcurso de dicha trayectoria, Breve historia de la traducción en el Perú (2012) puede ser vista como una parada necesaria para su autor, pues en ella ha historiado sus propios procesos y paulatinos descubrimientos. A rigor, el libro es uno de los resultados a largo plazo de los caminos personales por los que Ricardo Silva-Santisteban ha optado, preguntándose siempre por la presencia, importancia y distintos grados de alcance de la traducción en nuestro país. Breve, conciso, después de los estudios de Estuardo Núñez (1908-2013), el panorama trazado por Ricardo Silva-Santisteban es el primer intento de historiar la presencia de los traductores en el Perú. Dividido en dos partes, el libro presenta una breve historia de sus principales hitos y, seguidamente, un aporte bibliográfico para su difusión y consolidación como campo de estudio e investigación. En la primera parte el autor nos muestra que traducir no es meramente un hecho literario. Desde un inicio nos sugiere que la traducción es una posibilidad de diálogo y, por ende, de negociación entre los participantes y sus capacidades interpretativas, siendo la primera de ellas, la política.
Abriendo el ensayo, el autor señala la genealógica necesidad de la traducción. Los conquistadores españoles requirieron de un intérprete para comunicarse y empezar a conocer la cultura del “otro”. En ese contexto, antes que un oído, unos ojos y una mente dadas a traducir, el traductor era un oidor, aquel “juez” con el poder de interpretar y la otorgada potestad de ofrecer sentidos, incluso, al punto de imponerlos. Así, antes que un hecho estético —en tanto oficio literario— la traducción fue un hecho social. Surcar la incomprensión refiere al acto político de interpretar y transmitir en otra lengua la sensación de lo percibido en una primera. Esta misma razón implica optar, preferir y determinar las posibilidades del sentido o sentidos en aquello escuchado, pensado, vivido a través de otras lenguas. Al igual que con la Malinche en México, de esta genealógica necesidad nace la traducción en el Perú con el caso de Felipillo. Aunque no entra en nombres ni detalles, el aporte de Silva-Santisteban comienza desde esta primera página. Identifica en la lengua —y las formas culturales de vida que en ella se encuentran— cómo se trastocan las distintas dimensiones de la capacidad humana de crear y, más aún, la de interpretar.
Implícitamente, el autor se pregunta por los diferentes intereses y horizontes culturales que el oficio de la traducción tuvo a lo largo de la historia. Si bien la traducción tuvo una segunda presencia pública a través de su uso político, la catequización de los nativos, el texto se centra en presentar las siguientes. El muestrario va hacia inmediatamente lo literario cuando la presencia de los cronistas devino en su fecunda condición de “clásicos de la literatura y la traducción hispanoamericana”. Durante los primeros dos siglos de la época colonial, la recopilación y registro de las creaciones quechuas fueron las prioridades de los traductores. Pero también lo fueron las traducciones de los clásicos italianos y latinas, especialmente en el caso del Inca Garcilaso de la Vega y Diego Dávalos Figueroa. En el S. XVIII predominaron las letras francesas que tiene en Pedro Peralta Barnuevo a su principal traductor con La Rodoguna y, en menor medida, aparecen las inglesas. Entrando al S. XIX, la presencia del latín tuvo mayor fuerza, especialmente con la versión del Salterio peruano hecha por José Manuel Valdez, aunque una literatura “menos común” como la portuguesa empieza a tener presencia con Juan de la Pezuela y su versión de Los Lusiadas.Asimismo, a finales de ese siglo, se da un acercamiento a la literatura aborigen. No olvidemos que fueron los poetas del tardío romanticismo quienes tradujeron en distintas versiones y variados recursos el clásico del teatro quechua, Ollantay.
Entrando al S. XX encontramos otra sugerente variedad. Aunque ha habido intereses constantes —franceses, latinos, ingleses, alemanes o italianos— este siglo nos trajo otros horizontes culturales. El S. XX tiene en los modernistas los primeros en interesados en el Brasil literario. Con distinto éxito y grado de importancia, Víctor G. Mantilla, José Santos Chocano y Enrique Bustamante y Ballivián fueron los primeros en traducir a poetas brasileños. Esta lengua tuvo una relativa presencia a lo largo del S. XX, especialmente en los años ochenta, con las publicaciones de los treinta y un volúmenes hechas por poetas peruanos. Por otra parte, en las primeras décadas del siglo pasado, Adolfo Vienrich tradujo canciones folklóricas quechuas y, recién en los años treinta, apareció su sucesor en dicho campo: José María Arguedas. Al igual que el rescate de los distintos registros de la literatura quechua, a lo largo del siglo surgieron marcados intereses por las lenguas orientales y alemana. El principal traductor de la poesía china ha sido Guillermo Dañino, quien ha tenido sucesores que continúan su labor en esa como en otras literaturas: grecolatinas, hindú y japonesas. Asimismo, Juan José del Solar ha sido el principal traductor de varios clásicos de la literatura en lengua alemana: Canetti, Kafka, Walser, Brecht. Recordemos también al traductor principal de la generación del cincuenta, Javier Sologuren, quien introdujo al país la lírica sueca. En los años más recientes, entre otros traductores interesantes están Isabel Sabogal con una traducción de Czeslaw Milosz, Renato Sandoval con Rilke y Reynaldo Jiménez con Haroldo de Campos.
Definitivamente tenía que haber ausencias, pues el autor no quiso agotar todas sus referencias. Si bien podríamos decirle que faltó mencionar las traducciones de la literatura aymara —que sí figuran en la bibliografía del libro—, la versión de Trilce en quechua que elaboró Porfirio Meneses Lazón o la traducción de la primera parte de Don Quijote hecha por Demetrio Túpac Yupanqui el 2006, lo importante es partir del sugerente panorama que nos ofrece y del propio rasgo expositivo de sus fuentes. Aunque académico, Ricardo no quiere avasallarnos de referencias en el relato, pues no busca caer en una exhaustiva labor historiográfica. Si el autor hubiera desarrollado más esa historia —no olvidemos que es “breve”— el libro pasaba a tener otras exigencias y recursos con los cuales afrontarlas.
En la segunda parte del libro, el autor nos brinda una “Contribución a la bibliografía de la traducción en el Perú”. Está presentada de manera didáctica, como una guía para el conocimiento de la traducción: sus cultores, sus principales representantes, ensayistas y recopiladores. La primera sección comprende una selección de “Estudios y antologías” y, la segunda, una bibliografía histórica de los traductores peruanos, desde Juan de Betanzos (1510-1576) hasta Miluska Benavides (1986). Esta contribución no sólo es más extensa que el propio ensayo, sino que es fundamentalmente una invitación a la aventura —a la investigación y al propio conocimiento— de nuestra lengua a través de otros y desde otros.
Pero, en general, Ricardo hace mucho más que ofrecernos un mero listado o enumeración de los principales hitos de la traducción en el Perú. También aprovecha la historia que nos cuenta para mostrarnos otros registros en el anecdotario de las traducciones en el Perú. Por ejemplo, nos cuenta que Clemente Palma tradujo el Tartufo de Moliere para sus clases en San Marcos. También, nos recuerda la faltante edición de las traducciones reunidas de Westphalen. De igual manera, el muestrario de los traductores peruanos nos sugiere que ellos estuvieron atentos tanto a las novedades como a los clásicos y sus distintas versiones disponibles. Entre muchas otras cosas, el libro nos sugiere la importancia que la traducción ha tenido para la formación de la propia literatura peruana, en tanto oficio, ejercicio estético o una recurrente exploración personal.
Si bien este no es un ensayo histórico-social sobre la literatura, sí deja entrever parte que desde lo literario nos sugiere la vida social de nuestro país. La propia historicidad del traductor tuvo su origen en lo político, pasando por distintas formas de lo literario hasta llegar hacia lo poético. En ese trayecto encontramos parte de la configuración histórica de los gustos literarios y, por ende, sugiere una breve historia de las influencias o intereses principales de los traductores peruanos. A través de ella, Ricardo Silva-Santisteban nos sugiere cómo, en distintos periodos, los traductores “se asoman” a distintos horizontes culturales, tienen una mayor prevalencia por algunos y un histórico desinterés por de otros. La traducción ha formado parte de la vida intelectual del Perú, incluso desde antes que esta empiece a ser una nación. Y ella no se reduce a un aspecto más de los alcances públicos de la literatura, pues la traducción como forma de (re)creación y difusión potencia un ideario geográfico y cultural, esos nacientes espacios que se van “conquistando” en otras lenguas, tanto nacionales como extranjeras. En buena cuenta, esta es parte de la historia de lo que siglo a siglo ha sido la formación, el alcance y la potestad de nuestra lengua.
Puedes acceder a este libro en nuestra Biblioteca Mario Vargas Llosa, (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), en el horario de martes a domingo de 10 a.m. a 7 p.m., solo con tu DNI.
Se ofrecerán libros de literatura y humanidades principalmente de autores peruanos (Foto: Bereniz Tello)
El sábado 3 y domingo 4 de diciembre, de 10:00 a.m. a 7:00 p.m., los libreros del jirón Amazonas estarán en el hall posterior de la Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) para una nueva edición de la Feria del Libro Viejo. El ingreso es libre.
En estos dos días se ofrecerá a la venta libros de literatura y humanidades principalmente de autores peruanos. Entre estas obras encontraremos textos de narrativa, poesía, ensayo, así como colecciones representativas y primeras ediciones publicadas durante el siglo XX.
Esta feria forma parte de las múltiples de actividades que la Casa de la Literatura Peruana realiza en alianza con la Asociación Cámara Popular de Libreros – Alameda de la Cultura “Miguel Grau” del jirón Amazonas (ACPLCMG), la cual tiene 27 años de existencia y representa a los libreros ubicados en el campo ferial del jirón Amazonas, en el Centro de Lima. Ellos se especializan en la venta de libros usados o “de viejo”. Se trata de un punto visitado masivamente por los amantes de la lectura en busca de nuevos libros para su colección.
Relicario del siglo XIV en exhibición en el Metropolitan Museum New York.
Del miércoles 14 al viernes 16 de diciembre, de 5:00 a 8:00 p.m., en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), se realizará el taller Pedagogías poéticas: relicarios digitales, a cargo del investigador Javier Suárez. La participación es gratuita previa postulación.
Este taller busca articular dos fenómenos históricos a través de la producción poética: el relicario y su peregrinación. ¿Cómo activar y/o detonar la potencia de estos fenómenos en nuestra realidad, aquí y ahora? En este sentido, la pedagogía poética que articulará esta experiencia será la de movilidad. Durante la irrupción, se reflexionará en torno a las siguientes preguntas: ¿cuál era la función/utilidad de los relicarios? ¿Cómo se movían? ¿Cómo se relacionan relicario y poesía? ¿Puede un poema peregrinar? ¿Cómo sería una peregrinación contemporánea? Se reflexionará con todos nuestros cuerpos sobre la materialidad del texto poético, su portabilidad y la necesidad (¿urgencia?) de su ¿difusión, distribución, viralización, peregrinación? El taller culminará con un proyecto pedagógico colectivo. Se trabajarán con diversos textos de la tradición italiana y latinoamericana.
Esta actividad está dirigida a todo el público interesado que para postular deberá completar el siguiente formulario virtual, siendo el plazo máximo para hacerlo el viernes 9 de diciembre al mediodía. La lista de personas seleccionadas se publicará en la web de la Casa de la Literatura el lunes 12 de diciembre. Hay en total 15 vacantes.
SOBRE EL TALLERISTA Javier Suárez Trejo. Ha estudiado Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú y Filosofía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Magister en Artes Liberales de la Universidad de Harvard. Actualmente es doctorando de Literatura Italiana y Española en la misma universidad. Ha publicado tres libros experimentales: 20+1: NOSSUM (Hipocampo Editores, 2013), 10+1: (SIN) VENTANAS (Hipocampo Editores 2014), e (IN)FIRMITAS 5+1 (Paracaídas Editores 2015). Es miembro del Colectivo Interdisciplinario TXT. Interesado en temas de educación, gestión cultural, humanidades digitales y estudios “de-generados”.
Poemas y antipoemas fue el libro con el que despegó la carrera literaria de Nicanor Parra. (Foto: Bereniz Tello)
La Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) destaca como publicación de la semana a Poemas y antipoemas del escritor chileno Nicanor Parra.
Por Manuel Barrós Alcántara, Biblioteca Mario Vargas Llosa
Nicanor Parra (San Fabián de Alico, 1914) es uno de los grandes poetas chilenos del S. XX. Reconocido nacional como internacionalmente, ha recibido los más diversos premios de la lengua española, incluyendo el Premio Cervantes en el 2011. Ha sido traducido a muchos idiomas y cuenta con una innumerable cantidad de ediciones. Apreciado como poeta por unos, reducido a la figura de simple cómico exagerado, por otros, Parra cuenta con aficionados y detractores de todo tipo. A lo largo de los años ha sido tan querido como incómodo, aplaudido y pifiado. Sea cual fuera su preferencia, si Ud. se filia o no a lo más subyacente de sus escritos, lo cierto es que Nicanor es una figura viva y un creador incansable de la poesía chilena. De una familia de importantes artistas, el hermano de la Violeta, el profesor de matemáticas, el antipoeta, escribidor de cuecas de ciento dos años es algo huraño, esquivo, huidizo a las cámaras. A él ―como a su poesía― hay que saberlo tratar.
Poemas y antipoemas (1954) fue el libro con el que despegó su carrera literaria. Este fue el primer gran hito y puerta de entrada a lo que sería su propia bandera identitaria: la antipoesía. Dividido en tres partes, el libro nos muestra los tránsitos estéticos que Parra experimentaba en su propia escritura. Con un relato biográfico de los diecisiete años que lo distancian de su primer libro publicado, su paso por Oxford, su descubrimiento de Shakespeare, Parra empieza a encontrar su voz parlante con la que interpelará al remilgado tono imperante de la poesía hispanoparlante. El propio autor ha calificado las tres secciones de su libro como “neorromántica y postmodernista”, “expresionistas” y de “antipoemas”, respectivamente. Algunos nuevos, otros ya publicados en revista, la obra contiene ciertos desniveles, pasajes algo efectistas, si se la mira de modo orgánico. Pero más allá de ese detalle, lo importante reside en su entonces novedosa propuesta, su visión de “antipoeta”.
La antipoesía fue la propuesta naciente y constante con la que Parra se posicionó como lector y poeta en formación hacia 1954. Con ella se enfrentó a los estilos imperantes en Chile, representados por Huidobro, Neruda, de Rokha. Más aún, decir antipoesía era decir anti-Neruda, anti-Vallejo, anti-Mistral, pero no en aras de una pataleta estética por negarlos como grandes autores, sino como una manera muy personal y sugerente de incorporarlos en sus escritos. Los reconocía como grandes poetas, los estudiaba y leía como tales, pero no se quedaba en la contemplación estupefacta de todo neófito o aprendiz de escritor. Parra decidió explorar su capacidad y aventurarse a crear una propuesta cada vez más propia, irremediablemente identificable con él. De ahí que el término “antipoesía” no deba entender como una consigna autoimpuesta por el propio autor, sino un paulatino descubrimiento por el cual transitó y cuyo devenir principal encontró en 1954 su realización primera.
La antipoesía es un contradiscurso lírico. Rupturista, de tono mordaz, hipertextual en su marcada apetencia colectiva. La suma de todos sus recursos la vuelven una propuesta combatiente desde el lenguaje. Tiene al horizonte del habla cotidiana como uno de sus ingredientes principales. En todos los poemas encontramos un Parra individuo que se reafirma constantemente en su vocación colectiva, en la voz aglutinante de la oralidad, llevando a un poema todas las que le sean posibles. A partir de este recurso, Nicanor despliega el hecho poético a partir de su valor más unitivo: rescatar y resignificar el habla del pueblo chileno. Frases populares, refranes, regionalismos, juegos ―y, en especial, dicciones― infantiles, palabrotas, canciones son algunos de los aspectos verbales que dan a su poesía una claridad expositiva cuyo centro reside en los aspectos más dialogantes de lo coloquial. Así, el autor le recuerda al lector que la poesía también reside en la cotidianeidad. Parra dispone al lector frente a su propia oralidad, mostrándole otras posibilidades de uso, registro y aprendizaje. Más que la democratización de una forma hablada de cultura, en el libro transcurre una nueva manera de dialogar con los grados de alcance del habla popular y capacidad de interpelación el canon literario de su tiempo. Parra utiliza la oralidad como disyunción de lo poético.
El segundo recurso es el humor. Y qué mejor manera de cuestionar una concepción de lo canónico que confrontarla desde uno de sus cimientos. Lo identifica y lo reconoce como tal; luego lo dosifica, orientándolo en sus asertos más primarios hacia la parodia, la ocurrencia, el decidido exabrupto. Los juegos y giros verbales de esta propuesta encuentran en ellos su devenir primero. Sea lacónico en su fraseo entrecortado o distendido en largos versos, el oscilante yo poético del libro yace complacido, contando y entrecruzando lo jactancioso y lo grotesco. Sin la sutileza de la ironía ni la consideración del remordimiento, Parra accidenta, línea a línea, al lector en sus propios vocablos. Así, Parra encuentra en la risa, el cariz de lo certero. Parra ridiculiza casi todo lo que narra para no caer él mismo en la ridiculez sentimental de la grandilocuencia, en las exaltadas formas con las que los poetas escriben sobre ciertos hechos con manierismos exagerados.
Esas mismas estrategias que se aprecian a nivel global, en el sentido conjunto de la obra, también se encuentran en sus más mínimos detalles. Detengámonos, por ejemplo, en los usos y estrategias de la consciente disparidad entre forma y contenido. La silva, forma literaria de uso para temas sofisticados y grandilocuentes, es empleada por Parra a modo de burla. Con ella se ridiculiza a sí mismo como enunciante e interlocutor de su propia condición. Lo mismo podríamos señalar en alguna canción octosilábica o en sus pasos por el endecasílabo y ciertas presencias, que en él se abrevan, de la moderna poesía inglesa. Otro ejemplo. En el poema “Epitafio”, el autor no se muestra apocado por la finitud de la vida. Todo lo contrario: hace una enumeración, un sugerente inventario de los determinantes que marcaron sus oficios y espacios de vida. La propia existencia reducida a la enumeración de todos sus desdichas y desencuentros. Frente a la muerte, nada de llanto.
La publicación de Poemas y antipoemas le trajo un creciente éxito a su autor. Desde la segunda mitad de la década de 1950, Parra encontró un recibimiento latente a nivel internacional. Ya hace años la crítica ha señalado que su principal influencia en la poesía latinoamericana no ha sido una innovación estilística, sino “una actitud frente al lenguaje”. Por eso, Poemas y antipoemas es un documento de uno de los hitos y/o tránsitos textuales que ha experimentado la poesía chilena y latinoamericana. Palpitando entre Oxford y Santiago, entre Puerto Montt y Chiloé, el libro fue creado en el silencio poético de diecisiete años. Y desde entonces han pasado poco más de sesenta y dos. Desde el balneario de Las Cruces, a ciento dos años de vida ―mas no de distancia―, la voz de Nicanor resuena. Este es “el hombre imaginario”, muy real en su propio paisaje, en su dolor y placer centenario.
Epitafio
De estatura mediana, Con una voz ni delgada ni gruesa, Hijo mayor de profesor primario Y de una modista de trastienda; Flaco de nacimiento Aunque devoto de la buena mesa; De mejillas escuálidas Y de más bien abundantes orejas; Con un rostro cuadrado En que los ojos se abren apenas Y una nariz de boxeador mulato Baja a la boca de ídolo azteca —Todo esto bañado Por una luz entre irónica y pérfida— Ni muy listo ni tonto de remate Fui lo que fui: una mezcla De vinagre y aceite de comer ¡Un embutido de ángel y bestia!
El sábado 10 de diciembre, de 10:00 a.m. a 1:00 p.m., se realizará el último recorrido del año del Mapa Literario de Lima, como parte de las actividades de la exposición La página blanca entre el signo y el latido. La edición del libro literario (1920-1970). El ingreso es libre y el punto de encuentro será la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima).
La odisea del libro: leer la ciudad a través de sus imprentas, editoriales y librerías, es el título de este ciclo de recorridos (que se ha realizado ya los sábados 2 y 26 de noviembre, así como el 3 de diciembre), en el que se busca las huellas de imprentas, editoriales y librerías en el Centro de Lima, desde sus orígenes hasta el siglo XX. Desde la imprenta de Antonio Ricardo en la calle Mantas, la primera imprenta de Sudamérica, pasando por la Imprenta Editorial Minerva de Julio César y José Carlos Mariátegui, que marcó el inicio del siglo XX y por la Librería de Juan Mejía Baca, que motorizó la mitad del siglo XX.
Desde su invención el libro ha cambiado, tanto en su elaboración (del libro impreso al libro digital) como en su circulación (de manos de un librero o por la tienda virtual). A pesar de los cambios el libro continúa siendo un potente objeto cultural, artístico y político.
El recorrido será dirigido por el equipo de orientadores de la Casa de la Literatura Peruana.
Nota:
La capacidad máxima para el recorrido es de 20 personas, en estricto orden de llegada.
Recomendaciones:
Llevar ropa cómoda, así como agua y alimentos, para de este modo evitar detenerse durante el recorrido. Utilizar bloqueador, lentes de sol o sombrero.
Compartimos a continuación la lista de personas seleccionadas para el seminario-taller Semillero de libros álbum que dictará el investigador venezolano Fanuel Hanán Díaz. La actividad se realizará del lunes 28 de noviembre al viernes 2 de diciembre, en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima).
Nota:
-El taller se realizará de 4:00 a 7:00 p.m., excepto el viernes 2 de diciembre, que será de 3:00 a 6:00 p.m.
-Los seleccionados deberán confirmar su participación hasta el martes 22 de noviembre, a las 5:00 p.m., través del correo charlasyconferenciascaslit@gmail.com
Compartimos a continuación la relación de personas que participarán en el taller Para hacer historietas, a cargo del historietista Juan Acevedo, el cual se realizará del martes 22 al viernes 25 de noviembre, de 5:00 a 7:00 p.m., en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima).
Imagen de la exposición dedicada a la edición de libros. (Foto: Bereniz Tello)
En torno a nuestra exposición La página blanca entre el signo y el latido se realizará, en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), un nuevo ciclo de conversatorios sobre el proceso de edición de libro y sobre las librerías como espacio de encuentro. Las charlas estarán a cargo de reconocidos invitados y se realizarán los días martes 22 y 29 de noviembre. Ingreso libre.
El martes 22 de noviembre, a las 7:30 p.m., se realizará la charla Pasos para publicar un libro, en la que participará Juan Pablo Mejía, director editorial del sello independiente Paracaídas Editores, con diez años de actividad en el país. La mesa, en la que participará Diana Amaya, investigadora de la Casa de la Literatura, reflexionará acerca de la edición literaria, haciendo énfasis en la experiencia de nuestro invitado como editor de poesía. De este modo, el evento busca orientar a las personas que desean publicar textos poéticos y quieren conocer las etapas, procesos, retos, que implica el proceso editorial de este género.
De otro lado, el martes 29 de noviembre, a las 7:30 p.m., se realizará el conversatorio Las librerías como espacios de encuentro, en la que participarán Ana Bustinduy, de La Libre, y Carlos Carnero, de Librería Inestable. A partir de las propuestas, catálogos y actividades de dos librerías independientes, la mesa comentará el rol de estos espacios como lugares de encuentro y promoción de la lectura, donde los lectores acceden, comentan, descubren libros, lecturas.
LA EDICIÓN LITERARIA
(Foto: Bereniz Tello)
La exposición La página blanca entre el signo y el latido. La edición del libro literario (1920-1970), que estará abierta al público hasta diciembre de 2016, muestra el proceso de producción del libro y las editoriales más importantes del siglo XX a través de diversos objetos y fuentes: libros, afiches, cartas, artículos periodísticos, fotografías, dedicatorias, entrevistas, imprentas, materiales de impresión e instalaciones artísticas.
La muestra presenta el mundo del libro como una constelación dinámica, donde las editoriales e imprentas trabajan conjuntamente para promover la lectura. De este modo, recorre el trabajo de distintas editoriales: Minerva, de Julio César y José Carlos Mariátegui; la Librería Editorial Juan Mejía Baca; La Rama Floridadel poeta Javier Sologuren; Industrial Gráfica de Francisco Campodónico, Patronato del Libro Peruano y Populibros Peruanos de Manuel Scorza, entre otros.
Horario de visitas: martes a domingo, de 10:00 a.m. a 7:00 p.m. Ingreso libre.
Para visitas escolares es necesario realizar previamente una reserva a través de la sección Visitas guiadas para escuelas.
Robin Williams en una de sus más recordadas interpretaciones.
El domingo 4 de diciembre, a las 3:00 p.m., en la Sala de Proyecciones de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), se presentará la película La sociedad de los poetas muertos, dirigida por Peter Weir y con la actuación protagónica de Robin Williams. El ingreso es libre.
La cinta es la adaptación cinematográfica del libro del mismo nombre escrito por Nancy H. Kleinbaum. El argumento está basado en el encuentro de un profesor de literaturacon un grupo de estudiantes durante 1959, en la Welton Academy (Vermont), institución tradicional y prestigiosa. Valiéndose de la poesía, el profesor inspira un cambio en el transcurso vital de la historia de la vida de sus alumnos. El amor a la poesía y a los libros está presente en la película.
Luego de la proyección se realizará la presentación del Blog del ciclo Cine y Bibliotecas a cargo de representantes de la Red de Cendoc de Museos y Centros Culturales, Liliana Polo (Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana), Cecilia Ferrer Mariátegui (Biblioteca Nacional del Perú-DEBAE) y la investigadora literaria Pamela Medina. El blog recopila las experiencias del ciclo de cine, foros realizados y comentarios de las películas proyectadas desde el 2014 en diversas bibliotecas que conforman la Red de Cendoc, así como la propuesta de un catálogo de películas y cortometrajes que tienen como escenarios a las bibliotecas y otros ejes como los lectores, los libros, la lectura y la información.
Nota: la película ha sido reprogramada debido a que la función programada para el domingo 20 de noviembre tuvo que ser cancelada por el cierre de la Plaza Mayor de Lima.