Las sesiones del círculo de lectura se realizarán una vez al mes. (Foto: Casa de la Literatura)
El sábado 26 de agosto, de 10:30 a.m. a 12:30 p.m., en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), se realizará una nueva sesión del Círculo de lectura de literatura infantil y juvenil, un espacio dirigido especialmente a profesores y mediadores de lectura. El ingreso es libre sin necesidad de inscribirse previamente.
El Círculo busca familiarizar, a los docentes e interesados en la promoción de la lectura, con los diferentes géneros y libros de literatura infantil y juvenil.
Durante las sesiones se conversará sobre los criterios de selección de libros y las metodologías para acompañar el itinerario lector de los escolares. Además, se utilizará el debate interpretativo como recurso de mediación de la lectura literaria.
Las sesiones del Círculo de lectura de literatura infantil y juvenil se desarrollarán una vez al mes y serán dirigidas por la escritora y narradora oral Cucha del Águila, quien además es integrante del Área de Educación de la Casa de la Literatura Peruana.
Todas las actividades de la Casa de la Literatura son gratuitas. La dirección es Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima. Estación Desamparados, a una cuadra de la Plaza Mayor. Nuestro horario de atención es de martes a domingo de 10 a.m. a 7 p.m.
Martes 15
Presentación del poemario Viaje pared
Autor: Mario Luna. Participan: Maynor Freyre, Jorge Pimentel y Tulio Mora.
Lugar: Auditorio. Hora: 7:00 p.m.
Miércoles 16
Presentación de los libros:
–La antología Punto de encuentro
Presentan: Cronwell Jara y Maynor Freyre. –Poemas Concisos
Autor: Winston Orrillo. Presentan: Eduardo Arroyo y Federico García. -El libro de cuentos Danke Karl Drais
Editor: José Carlos Contreras. Presenta: Julio Benavides y Juan Vela. Organiza: Editorial Vicio Perpetuo Vicio Perfecto.
Lugar: Auditorio. Hora: 7:00 p.m.
Presentación del poemario El zorro y la luna: poesía reunida 1981-2006
Autor: José Antonio Mazzotti. Presentan: Eduardo González Viaña, Giancarla Di Laura y Rubén Quiroz.
Lugar: Sala de Exposición Permanente. Hora: 7:00 p.m.
Jueves 17
Velada de narración Los abuelos cuentan
Los integrantes del programa Abuelas y Abuelos Cuentacuentos presentarán un nuevo repertorio de historias, el cual será utilizado en las visitas a las escuelas y espacios de lectura.
Lugar: Auditorio. Hora: 5:00 p.m.
Presentación del poemario Wañuypacha/Partothötröl
Autor: Alberto Valdivia Baselli. Presentan: José Carlos Yrigoyen y Rocío Silva Santisteban.
Lugar: Auditorio. Hora: 7:30 p.m.
Viernes 18
Tardes de narración
Los integrantes del programa Abuelas y Abuelos Cuentacuentos compartirán su repertorio de historias que incluyen relatos de nuestra tradición oral. Actividad dirigida a niñas y niños desde los 5 años de edad.
Lugar: Sala de Literatura Infantil Cota Carvallo. Hora: 4:00 p.m.
Presentación de cortometrajes sobre La casa de cartón y Barranco
Se proyectarán los trabajos desarrollados durante el taller audiovisual El agua en el mar, las casas en las calles, organizado por la Casa de la Literatura entre los meses de setiembre y noviembre de 2016. Presentan: Augusto Tamayo San Román, Gabriela Yepes y Jorge Valverde.
Lugar: Auditorio. Hora: 7:00 p.m.
Sábado 19
Feria del Libro Viejo
Tendremos la visita de los libreros del jirón Amazonas y otros invitadas que nos ofrecerán libros de literatura, humanidades y ciencias sociales. Esta actividad está orientada a un público más bibliófilo y coleccionista, aunque los amantes de la lectura, encontrarán muchos libros de segunda mano a precios económicos. Actividad organizada por nuestra Biblioteca Mario Vargas Llosa.
Lugar: Hall posterior de la Biblioteca Mario Vargas Llosa. Horario: 11:00 a.m. a 7:00 p.m. I Encuentro de Lectores
Un espacio organizado por el Club de Lectura “Historias que Unen”, que busca reunir a jóvenes con un hábito de lectura desarrollado a fin de compartir e intercambiar experiencias de lectura. Más información aquí
Lugar: Auditorio. Hora: 11:00 a.m.
Historias para disfrutar en familia
El invitado a nuestro sábado de cuentacuentos será el narrador oral colombiano Edward Córdova. El espectáculo está dirigido a familias y a niños desde los 5 años de edad.
Lugar: Sala Carmen Taripha (detrás de la escalera principal). Horario: 3:30 y 4:30 p.m. (dos funciones).
Lectura del libro del mes
Las mediadoras de lectura de nuestra sala infantil compartirán la historia Tengo derecho a ser niño del escritor Alain Serres e ilustrado por Aurélia Fronty. Actividad dirigida a familias con niños y niñas de 6 años en adelante.
Lugar: Sala de Literatura Infantil Cota Carvallo. Hora: 5:00 p.m.
Presentación del poemario Axioma de amor
Autor: Freundt Cruz Manrique. Presentan: Jorge Castillo y Manuel López.
Lugar: Auditorio. Hora: 7:00 p.m.
Domingo 20
Feria del Libro Viejo
Tendremos la visita de los libreros del jirón Amazonas y otros invitadas que nos ofrecerán libros de literatura, humanidades y ciencias sociales. Esta actividad está orientada a un público más bibliófilo y coleccionista, aunque los amantes de la lectura, encontrarán muchos libros de segunda mano a precios económicos. Actividad organizada por nuestra Biblioteca Mario Vargas Llosa.
Lugar: Hall posterior de la Biblioteca Mario Vargas Llosa. Horario: 11:00 a.m. a 7:00 p.m.
Bebetecas: estimulando la lectura desde la infancia
El Programa Bebetecas de la Casa de la Literatura realiza esta actividad que busca estimular el hábito de la lectura en la primera infancia. Están invitados a participar familias y niños hasta los 3 años de edad.
Lugar: Sala de Literatura Infantil Cota Carvallo. Hora: 11:00 a.m.
Espectáculo de narración dramatizada Cuentos hechos a mano
El espectáculo de narración para toda la familia presenta historias que se hilvanan con canciones, dichos y juegos de palabras. Participan: Aroma Subiría y Vicky Coronado.
Lugar: Auditorio. Hora: 6:30 p.m.
Además, el público podrá visitar nuestras exposiciones vigentes:
Vallejópatas. Instalación audiovisual, abierta hasta el domingo 1 de octubre.
Intensidad y altura de la literatura peruana. Es la muestra más representativa de la Casa de la Literatura y recorre nuestro devenir literario tomando como eje a las distintas identidades del país.
También nuestras tres salas de lectura:
Biblioteca Mario Vargas Llosa y el Café Literario (de martes a domingo de 10:00 a.m. a 7:00 p.m.) y la Sala de Literatura Infantil Cota Carvallo (martes a viernes de 10:00 a.m. a 5:00 p.m., sábados y domingos de 10:00 a.m. a 6:00 p.m.). El servicio es gratuito, pero es necesario llevar DNI.
El Coro Paco Yunque durante una de sus sesiones de aprendizaje. (Foto: Bereniz Tello)
La Casa de la Literatura Peruana inicia una nueva convocatoria dirigida a niñas y niños, de 8 a 13 años, que deseen desarrollar su talento en el taller de canto Paco Yunque. La inscripción es gratuita y se hará de manera presencial el sábado 12 de agosto.
El taller Paco Yunque es un espacio donde los niños y niñas podrán reconocer y desarrollar su universo vocal a través del aprendizaje de las técnicas elementales del canto.
Durante las sesiones se busca sensibilizar a los niños tanto social como culturalmente con el aprendizaje de un repertorio con ritmos del Perú y Latinoamérica presentándolos en todas las actividades temáticas que programe la institución.
El taller es dirigido por el cantante, músico y líder de la agrupación Del Pueblo, Piero Bustos, quien desde 2015 dirige el Coro Paco Yunque de la Casa de la Literatura Peruana.
De las inscripciones
Para inscribir a los niños, los padres, las madres o los apoderados deben acudir a la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima el sábado 12 de agosto desde las 10:00 a.m y solicitar su ficha de inscripción.
Vacantes:
La inscripción será presencial y por orden de llegada hasta agotar las 20 vacantes del taller. Es requisito presentar la fotocopia del DNI del menor.
¿Cuándo se desarrollará el taller?
Las sesiones serás los sábados 19 y 26 de agosto; 2, 9, 16, 23 y 30 de setiembre 7, 14, 21 y 28 de octubre y 4, 11 y 18 de noviembre, de 10 a.m. a 12:00 p.m., en el auditorio de la Casa de la Literatura.
La Casa de la Literatura Peruana inicia una nueva convocatoria para el taller Círculo de lectura y escritura de libros cartoneros dirigida a adolescentes, de 13 a 16 años. La inscripción es gratuita y se hará de manera presencial el sábado 12 de agosto.
En el taller Círculo de lectura y escritura de libros cartoneros se leerán libros cartoneros, se conocerán sus características, se compararán con las ediciones convencionales y se partirá de la interrogante: ¿Qué cosas hacen particular, diferente, raro, disidente a un libro cartonero?
Además, a partir de la lectura, los participantes se aventurarán en la escritura y elaborarán sus propios libros cartoneros.
El taller Círculo de lectura y escritura de libros cartoneros será dirigido por María José Montezuma, quien es profesora de Literatura del Colegio José Antonio Encinas y creadora, junto a sus alumnos, de la Editorial La Ingeniosa Cartonera, entre sus publicaciones se encuentra Generación Presbítero. Literalmente muertos.
De las inscripciones:
Para inscribir a los niños, los padres, las madres o los apoderados deben acudir a la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) el sábado 12 de agosto desde las 10:00 a.m y solicitar su ficha de inscripción.
Vacantes:
La inscripción será presencial y por orden de llegada hasta agotar las 20 vacantes del taller. Es requisito presentar la fotocopia del DNI del menor.
¿Cuándo se desarrollará el taller?
Las sesiones serás los sábados 19 y 26 de agosto; 2, 9, 16, 23 y 30 de setiembre y 7, 14, 21 y 28 de octubre de 4:00 a 6:00 p.m.
El taller busca que los docentes puedan utilizar herramientas digitales en su trabajo en el aula.
Compartimos a continuación la lista de personas seleccionadas para participar en el taller TIC y literatura, que dictará el especialista en tecnologías educativas Roberto Bustamante Vento, del martes 15 al viernes 18 de agosto de 2017, de 6:00 a 8:00 p.m., en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima).
La música en la vida de Luis Hernández. (Foto: Tom Quiroz)
Entre notas musicales, historias emotivas, soundtracks de películas y canciones del recuerdo se desarrolló la última mesa redonda del Congreso Solitarios son los actos del poeta: Homenaje a Luis Hernández organizado por la Casa de la Literatura Peruana. Amigos del poeta de la calle 6 de Agosto lo recordaron como un ser musical.
“Luis Hernández tuvo un universo de músicos que poblaron su mundo, su poesía, sus cuadernos. (…) Tenía un amor por la música culta o popular (…) El título de una canción que le gustaba ya sea en español, inglés, francés o alemán era inmediatamente incorporado a un poema. Esa es la coherencia ‘hernandiana’: si es importante en tu vida, si es parte de tu mundo cotidiano, de tu mundo interior, debe ser parte de tu obra”, inició la mesa Herman Schwarz, curador de la exposición El sol lila. Constelaciones poéticas de Luis Hernández.
MÚSICA Y CINE
Iván Larco, uno de los grandes amigos del poeta de la generación del 60, dio alcances de la música que le gustaba a Luis Hernández. “Su primer amor fue la música clásica con Mozart, Beethoven, el romanticismo de Brahms, Bruckner, Mahler”, acota. “El Concierto para piano y orquesta Nº 1 de Sergei Prokofiev era el último concierto romántico para él”, precisa.
Iván Larco mencionó a grandes compositores del universo de Luis Hernández como son Charles Ives, Cowell, Copland, Barber, Britten, Finzi, John Williams, Walton, Satie, Debussy, Ravel, de Falla, los cinco rusos de la época de oro de Rusia, etc. “Poblaron su mente, poesía, y vivieron con él de una forma u otra”, explicó.
Luis Hernández tuvo una intensa relación con la música y el cine, que fue destacada por Iván Larco, quien mencionó una gran variedad de títulos que compartió y disfrutó con el poeta.
Entre las cintas están Alexander Nevsky con música de Sergei Prokofiev; El hombre que cayó a la Tierra con música de John Phillips; Performance con música de Jack Nitzsche; Jasón y los argonautas con música de Bernard Herrmann; Muerte en Venecia con música de Gustav Mahler; Submarino amarillo con música los Beatles; Satiricón de Fellini. “Una película clave en la relación de Lucho con la música de cine”, explica.
Luego recordó algunos temas específicos que le gustaban a Luis Hernández en las películas como Moon river compuesta por Henry Mancini para Desayuno con diamantes; el tema Born To Be Wild de Steppenwolf de la cinta Easy Rider; Midnight Cowboy con el tema Everybody’s talkin; en Candilejas, que tenía música de Charles Chaplin, le gustaba la canción Limeligh; en 2001: Una odisea del espacio, que tiene música de Johann Strauss, le gustó el tema Así habló Zaratustra.
Del cine ruso clásico le gustaba El lago de los cisnes, el ballet completo que era de Tchaikovsky, donde Maya Plisétskaya era la bailarina principal con Fadeyechev. “Era una cosa alucinante. No sé cuántas veces vimos esa película”, sentenció.
AMISTAD Y MÚSICA
Manuel Luján comentó acerca de su cercana amistad con Luis Hernández y de la relación poeta-músico. “Hay líneas paralelas entre lo que Lucho escribía y lo que escuchaba. Una estupenda manera de entrar a su mundo es a través de la música que escuchaba”, explica.
Por otra parte, recordó que la amistad con el poeta nació compartiendo música. “Hacíamos dúos musicales muy iniciales. Con el tiempo nos fuimos acoplando muy bien. A veces él tocaba el clarinete y yo en la flauta (…) Tocábamos cosas muy sencillas Telemann, Haydn, el cuadernos de cuaderno de Ana Magdalena Bach, que tenía canciones para niños”, indica.
“A lo largo del tiempo pasamos de la música medieval barroca más sencilla como el cuaderno del rey Enrique VIII a cosas más complejas. (…) Escuchábamos música y leíamos las partituras, los conciertos, los sextetos. Lucho se conseguía las partituras”, recuerda.
“Recorrimos un espectro musical muy grande escuchando desde música sencilla como era para dos flautas hasta Stravisky y todos los que le siguen. (…) Llegamos a tocar Hey Jude, que era nuestro éxito”, añade.
Manuel Luján comentó que la música llenaba el corazón de Luis Hernández. “Cuando llegó el piano a su casa fue inmensamente feliz, fue una maravilla para él”, detalla. Y recordó que el poeta de la calle 6 de Agosto compartía la música que escuchaba. “Lucho repartía música, además, de los cuadernos. Compró una casetera para grabar casettes, que luego regalaba”, apunta.
UN SER MUSICAL
El poeta Omar Aramayo recordó a Luis Hernández como un ser musical. “Esta mesa se llama Luis Hernández y la música, si fuera un ensayo lo llamaría Luis Hernández o la música. Él era un ser eminentemente musical, porque juntaba discos, iba a escuchar las canciones de las películas, apreciaba la música, interpretaba música, era un gran intérprete”, explica.
El escritor postuló que Luis Hernández tenía oído total. “Tenía la capacidad de transportar la naturaleza a los escritos”, apunta. “Para Lucho no existía una valla entre la música, la poesía, el dibujo, la caligrafía o la pintura, para él todo era lo mismo: expresión. En su poesía tampoco creo que hallan esas fronteras”, agrega.
Omar Aramayo habló de la relación de su poesía y la música.”Leo estos tres versos: Quisiera con una palabra/Contar de mí grande dolor/con una palabra. (…) La música está en los dos primeros versos (de ese poema). (…) Esas variaciones, esas entonaciones (del poema) las aprendió de la música, por eso era un ser un musical”, explica.
“Las ideas se hacen con palabras y en ese sentido Hernández ha creado un imaginario. (…) Él está en un franco crecimiento. Este poeta que es hijo y discípulo de Apolo, dios de los poetas, médicos y músicos, está en el momento de extender sus alas y de volar para convertirse en uno de los grandes poetas universales como lo es Vallejo, Oquendo de Amat, Moro. Lucho va a integrarse a este club privado”, sentencia.
RESCATANDO SU OBRA
El momento más emotivo de la velada llegó con la intervención de Enrique Wangeman, quien recordó a Luis Hernández como su mejor amigo e hizo un llamado a rescatar las composiciones musicales del poeta.
“Quisiera que se publique un tema musical de Lucho, se ha publicado los cuadernos, los poemas, pero nadie ha referido un tema compuesto por él mismo”, comenta.
Luego recordó el tema Oh my love de John Lennon que el poeta toca al inicio de la entrevista con Nicolás Yerovi. “Ese tema lo tocaba hasta el cansancio, pero cuando él lo tocaba, sentía que mi música y mi conocimiento del conservatorio era vacío. (…) Se salía del tono, no tenía orden ni desorden, él la tocaba y le metía un bobo que me dejaba totalmente out”, explicó luego de escuchar la interpretación de Luis Hernández.
Enrique Wangeman destacó el sentido musical que tenía Luis Hernández. “Lucho me explicó de que se trataba las tríadas mayor, menor, aumentada y disminuida, eso lo había estudiado y lo sabía de memoria, pero lo que me explicó es que la menor tenía un sentimiento de tristeza, en cambio cuando pasamos a la mayor era alegría y si le ponías la disminuida era más triste, como una depresión, un abismos, y la aumentada era esperanzadora”, añadió.
“Cuando Lucho murió estaba con el alma partida y pasé por su casa (…) (Entré y) toqué en su piano El Cisne, de El Carnaval de los Animales de Saint-Saëns, una canción que habíamos grabado juntos. (…) Cuánto daría por encontrar esa cinta”, precisó.
El congreso sobre Luis Hernández presentó las investigaciones recientes sobre el trabajo del autor. (Foto: Tom Quiroz)
Los estudios académicos sobre la obra de Luis Hernández intentan seguirle la pista y el ritmo a su poesía lúdica, irreverente y espontánea. Diego García Flores, Fiorella León y Teo Pinzás, tres jóvenes investigadores literarios abrieron la segunda y última jornada del CongresoSolitarios son los actos del poeta: Homenaje a Luis Hernández organizado por la Casa de la Literatura Peruana. Ellos compartieron sus respectivos análisis sobre la poética de Billy The Kid, Gran Jefe Un Lado del Cielo o simplemente Luchito Hernández.
Diego García Flores, licenciado en Lingüística y Literatura por la Pontificia Universidad Católica del Perú analizó la relación entre la vida y obra de Luis Hernández, centrando su explicación en la libreta titulada Una impecable soledad, un trabajo —a decir del ponente— en formato novelístico que tiene como personaje al pianista Shelley Álvarez. “Aquí encontramos una estrategia del desdoblamiento con una serie de guiños, donde incluso el estilo de la prosa del personaje se parece a la del narrador”, sostuvo García Flores.
En la poesía de Hernández y particularmente en Una impecable soledad se observa una referencia a su biografía, así también se incluyen poemas de otros textos del autor. “La frontera entre vida y obra es porosa”, añadió. “El personaje de Una impecable soledad tiene dos pianos y dos autos como el propio Hernández”, remarcó.
Por su parte, Fiorella León, licenciada en Literatura por la Universidad de San Marcos, centró su análisis en la relación lúdica de la poesía de Hernández con la crítica y libros de mediados de la década de 1960. La investigadora postuló la figura simbólica del “poeta-niño” para graficar la actitud poética del autor. “Él no se sentía como un poeta, pero se sentía como un provocador Rimbaud”, señaló. Asimismo, resaltó su desconfianza en los editores y en los críticos.
En su poesía, sostiene León, Hernández expresa el misterio de sus propias emociones con sinceridad y transparencia. Lo hace de manera espontánea, como un niño. “Hernández, como niño, no veía lo trivial del mundo. Se impuso la visualización de la obra de arte”, explicó.
Finalmente, Teo Pinzás, egresado de Literatura por la PUCP y editor del sello Pesopluma, tituló a su ponencia Apolo y la curación del dolor en la poesía de Luis Hernández. En su análisis dio cuenta de la relación entre el dios griego de la Medicina con la curación del dolor y del alma a través de la poesía. “Hay una conexión de influjo lumínico de la poesía de Luis Hernández con Apolo. A través de un lenguaje juvenil y coloquial establece un diálogo con Apolo desacralizándolo”, afirmó.
La figura de Apolo en la poesía de Hernández está presente y además de la curación del dolor muestra la relación del artista como creador de poesía.
Imagen de la obra unipersonal Adiós Ayacucho del Grupo Yuyachkani.
El viernes 25 de agosto, a las 7:00 p.m., se realizará en la exposición permanente Intensidad y altura de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) el conversatorio Memorias y polifonía sobre la violencia política como parte del ciclo de charlas Voces tejidas sobre diversidad cultural y lingüística en el Perú. La entrada es libre.
Los participantes serán Teodoro Ramírez, maestro retablista ayacuchano, y Augusto Casafranca, actor integrante del Grupo Yuyachkani.
En el conversatorio, dialogaremos acerca de las memorias que los diferentes grupos sociales tienen sobre el período de violencia política (1980-2000) y cómo estas se han expresado en la creación artística.
Las consecuencias del conflicto armado interno fueron especialmente severas en la población indígena y quechuahablante. Para tener una lectura completa del período, es importante escuchar las polifonías, las diversas voces, y los recuerdos que persisten sobre estos hechos dolorosos.
Este conversatorio se da en el marco de la conmemoración de la presentación del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, del cual se cumplen 14 años.
Sobre los participantes
Teodoro Ramírez (Ayacucho) es artista, dedicado al retablo, la cerámica, las instalaciones y el trabajo en espacios públicos. En sus obras ha retratado hechos emblemáticos de violencia cometida por Sendero Luminoso y las Fuerzas Armadas contra la población campesina de Ayacucho, así como piezas de homenaje a la vida y la resistencia andinas. En la actualidad, trabaja y vive en Huaycán.
Augusto Casafranca (Cusco) es actor integrante del grupo Yuyachkani desde 1975. Ha participado en más de 15 espectáculos creados por este grupo. Su unipersonal Adiós Ayacucho (1990), donde representa a un líder campesino asesinado en la década del 80. Esta obra ha recorrido el Perú y varios países del extranjero, en el marco de eventos y campañas a favor de los Derechos Humanos.
Sobre las charlas Voces tejidas
El ciclo de charlas Voces tejidas pretende acercar al público visitante de la Casa de la Literatura Peruana a la diversidad cultural y lingüística del Perú, confluyendo con el primer nudo de la exposición permanente Intensidad y altura de la literatura peruana.
En su primera etapa, el ciclo se centró en las expresiones artísticas de los diferentes pueblos que coexisten en el territorio peruano. En el 2017, planteamos la conexión de las narraciones, memorias, símbolos y sentidos con aspectos sociales y políticos de las vidas contemporáneas y futuras de estos pueblos.
Próximas charlas
Setiembre: Racismo y sujetos étnicos en la literatura nacional
Imagen de la mesa titulada La vox de Hernández que reunió a Alex Zisman, Nicolás Yerovi e Hildebrando Pérez Grande. (Foto: Tom Quiroz)
Una emotiva mesa, donde en todo momento se evocó la singular personalidad y la actitud poética de Luis Hernández, fue la que animaron el investigador Alex Zisman junto a los escritores Nicolás Yerovi e Hildebrando Pérez Grande, esto en la primera jornada del Congreso Solitarios son los actos del poeta: homenaje a Luis Hernández que se realiza en la Casa de la LiteraturaPeruana. La velada, sin embargo, no estuvo exenta de polémica y sobresaltos, especialmente al recordarse cómo la crítica fue inicialmente severa y adversa a la original propuesta del poeta.
Antes de iniciar las intervenciones de los invitados, el moderador y curador Herman Schwarz difundió algunos fragmentos de los audios inéditos de las sendas entrevistas realizadas a Hernández, en el año 1975, tanto por Zisman como por Yerovi. Este material, valioso por su contenido, se convirtió finalmente en las dos únicas entrevistas que concedió el autor de Vox Horrísona fallecido en 1977.
POESÍA CON MÚSICA
Zisman relató que en junio de 1975 conoció por primera vez a Hernández, de quien anteriormente solo supo por intermedio de Max, el hermano psicoanalista del poeta, durante algunas conversaciones que tuvieron en Londres. Luis Hernández aceptó la entrevista con algunas condiciones. “Primero hablamos de música y él tenía que tocar el piano. Además, la conversación tenía que realizarse con música de fondo”, señaló. “Fue de las entrevistas más difíciles que he tenido. Fue como correr olas en el mar, En mi vida he tenido una entrevista de este tipo. Fue un encuentro excepcional. Lucho era excepcional”, recordó Zisman.
La entrevista que realizó Zisman a Hernández fue publicada en el diario Correo el 7 de junio de 1975, siendo la primera que permitió conocer a tan singular poeta de la generación del 60.
EL TESISTA DE HERNÁNDEZ
Por su parte, el escritor Nicolás Yerovi recordó que a sus 23 años de edad decidió hacer una tesis que no termine arrinconada en el estante de la Universidad Católica, donde se graduó en Lingüística y Literatura. “Fui a visitar a Lucho Camarero, primo del poeta, y le pregunté qué sabía de él. ‘Está loco -me dijo-. Escribe poemas en cuadernos con plumones de colores y los anda regalando’. Además, me mostró 3 o 4 de estos cuadernos”, recordó Yerovi. “Lucho era un personaje. ¡Qué personaje! Con unas ganas de joder inimaginables (risas). Cuando estábamos conversando se ponía a hablar en alemán durante 15 minutos”, agregó.
Previo a la entrevista que le realizara en agosto de 1975, Yerovi le manifestó a Hernández su interés en recopilar estos cuadernos que él iba regalando con la finalidad de transcribirlos y analizarlos para su tesis doctoral. “Lucho hizo una lista de las personas a las que recordaba haberle entregado los cuadernos con el propósito de poder recopilarlos para posteriormente mecanografiarlos y devolvérselos. Hice esto durante un año y medio. Me reunía con Lucho dos veces por semana y trabajé la tesis doctoral que tenía 200 anotaciones”.
Al igual como pasó con Zisman, Yerovi contó que al momento de solicitarle una entrevista, Hernández le puso sus condiciones. “Me dijo: ‘lo primero que vas a grabar va a ser mi interpretación al piano de Oh my love, de John Lennon. La entrevista tuvo que ser interrumpida cuando los pacientes de Lucho llamaban por teléfono”, rememoró Yerovi.
“Entiendo ahora, 40 años después de la partida de Lucho y 42 años después de que empezar a reunir su obra, por qué elegí estudiarlo. En la poesía de Lucho hay una manera de entender la vida como una travesura. Si yo hubiera nacido para reunir la obra de Lucho y hacerla pública y no hubiera hecho ninguna otra cosa más, ese solo acto le hubiera dado valor a mi vida”, afirmó emocionado Yerovi.
EL ARTISTA Y SU ÉPOCA
El poeta y docente Hildebrando Pérez Grande, de la misma generación de Hernández, ofreció un panorama del poesía de los años 60. Recordó que con la aparición de El río, de Javier Heraud; Destierro, de Antonio Cisneros; y Orilla, de Luis Hernández, aparece una nueva generación de poetas que partiendo de la generación del 98 español construyen una nueva poesía.
“Luis Hernández explora en el universo de colores y sabores del lenguaje coloquial, en el lenguaje vigoroso de la esquina. Le agrega una dosis de humor y ternura que nos hace falta y nos recuerda a Carlos Oquendo de Amat y al lirismo intenso y melancólico de ciertos poemas de Juan Gonzalo Rose. Las lecturas prejuiciosas que se hacen de sus poemas, desde el punto de vista ideológico, lo hacen sospechoso de todo y de nada. Y sufrirá cierta postergación. Una vez más los cambios asustan. Orilla (1961) y Charlie Melnik (1962) son una muestra de la versatilidad de Luis Hernández. La vida urbana se recrea en todo su esplendor. Con sus poemas volvemos al campo fresco de la creación poética. Cierta crítica literaria de la época desestimó, por descuido o desamor, sus logros líricos. Lo acusaron de intrascendente y desigual, tanto así que algunas antologías de la poesía peruana no lo tomaron en cuenta. Finalmente, para felicidad de sus fans, su horrísina voz se ha impuesto. Y si ahora celebramos los rumbos llenos de innovaciones audaces que muestra la lírica de nuestro país, es porque a inicios del 60 hubo un juglar moderno que cantó con el lenguaje de nuestro tiempo”, apuntó Pérez Grande.
(Foto: Tom Quiroz)
UNA VISIÓN POLITIZADA
Herman Schwarz hizo alusión a las críticas a la poesía édita de Hernández realizada en su momento por los poetas Francisco Bendezú y Antonio Cisneros, ambas desfavorables. “A Hernández lo conceptuamos un poeta experimental. Rabiosamente disonante, sin arraigo idiomático, algunos poemas nos causan la ingrata impresión de poesía extranjera mal traducida”, señaló Bendezú. Por su parte, Antonio Cisneros escribió sobre Las constelaciones (1965), poemario de Hernández: “La primera parte (del poemario) se diferencia holgadamente del resto, es la peor. Si bien el lenguaje alcanza brillantez por momentos y el arsenal de imágenes con el que nombra a los diferentes signos (zodiacales) es el más nutrido del libro, nos disgusta la gratitud de los poemas, esa manera graciosa, abstracta, en el peor sentido de las palabra, que está siendo vicio entre nosotros (…)”.
El recuerdo de estas críticas motivó que Carlos Hernández, hermano del poeta, pidiera la palabra: “Yo he vivido todo eso que ha pasado con Lucho y he visto la envidia no solo verbalizada sino también la cara de la envidia. Y solo te podría decir citando a García Lorca: ‘lo que en otros no envidiaban ya lo envidiaban en mí…”. La única venganza que una vez tuvo Lucho fue cuando llegaron a la casa César Calvo y Manuel Scorza y probablemente había salido la crítica de Bendezú. Lucho y César Calvo empezaron a hacer poemas a lo Bendezú. Lo que he vivido y visto de gente que aparentemente decía ser amiga de Lucho…ellos eran bien malitos”, acotó.
Sobre ello Zisman dijo: “La incontaminación social es alcanzable, lo que tiene Lucho es que por lo menos intenta combatirla con la manera de expresar su inconformidad”. Asimismo, recordó que en la entrevista que le hiciera en 1975, Hernández prefería mantenerse al margen del mundo literario limeño. “Lucho trató de establecer su espacio creativo y mantener distancia con toda esa situación social que cierto modo no olía gratamente”, añadió.
A su turno, Yerovi expresó no estar seguro que estas críticas adversas hayan podido cambiar el rumbo de escritura de Luis Hernández. “No le podría atribuir a ese hecho el giro de sus obras.Creo que su ars poética ha sido forjada adrede, él quiso hacer una metáfora de la vida, de su fugacidad. Escribía para que se lo lleve el viento del tiempo. Todo ese juego era un espejo de la vida misma. Creo esto porque si hubiera habido en el alma y en el espíritu de Lucho algún resquemor por alguna frase injusta no me habría dicho a mí para visitar al poeta del parque, porque Paco Bendezú vivía allí. Y la penúltima vez que vi a Lucho fue cuando fui a la casa de Toño Cisneros. Él acababa de visitarlo. Lucho le había regalado una pluma fuente de cisne blanco. No creo que este gran cambio que finalmente perfila la mayor parte de su obra tenga mucho que ver, de repente nada que ver con estas ocasionales críticas”.
Mientras tanto, Hildebrando Pérez puso estas críticas adversas en su contexto. “Las controversias en torno a la poética de Luis Hernández, y a la interpretación sobre sus libros va a continuar, se va a profundizar. Quisiera contextualizar los años 60 para evitar malos entendidos que puedan suscitarse. En 1960 hay una poética y una forma de entender el poema y de escribir el texto. Había un aire de la época, había una ideologización, una politización en el ambiente. Todo lo leíamos a partir de…sobre todo después de la muerte de Javier Heraud en 1963 (…) Como dijo Karl Marx: todos somos hijos de nuestro tiempo”.
El Congreso Solitarios son los actos del poeta: homenaje a Luis Hernández inició con la mesa redonda Del poemario édito al cuaderno policromático, que fue moderada por el investigador literario de la Casa de la Literatura Peruana, Sandro Chiri.
El primero en referirse a la obra de Luis Hernández fue el estudiante de arqueología Luis Alfredo Condori, quien esbozó algunas relaciones entre la obra del poeta de la generación del 60 y la disciplina que estudia.
“En términos muy generales la arqueología se dedica a entender a las personas a partir de lo que producen, de sus objetos, sus artefactos, ¿qué tiene que ver eso con Luis Hernández? Él, así como muchas otras personas, también produjo artefactos”, explica. “Esta mesa hace alusión a dos de estos grupos que llamamos poemarios éditos y cuadernos policromáticos”, añade.
Luis Alfredo Condori indicó que desde su punto de vista la obra de Luis Hernández no se inicia con sus cuadernos. “No es cierto que la distinción entre ambas fases es sentenciosa”, explica
“En síntesis, propongo que en la transición entre las dos fases existe cierta demolición de los límites entre vida y poesía, y que el producto refleja o, mejor, reinterpreta este traslapo superposición”, agrega.
Indicó que la obra en los cuadernos trasciende las palabras. “Discurre más allá del verbo. Hernández extendió los alcances de sus versos incluyendo dibujos, citas, recortes, color y muchas otras técnicas que transcendieron el uso de lo estrictamente literario”, indica.
Luis Alfredo Condori hizo un paralelo entre un manto de la cultura Paracas con los cuadernos policromáticos de Luis Hernández. “En ambos ejercicios hay correspondencia que es manual, es artesanal. No busca la producción en serie, hay una tendencia a privilegiar la distribución espacial de los elementos, los colores son más que colores y dicen cosas, la repetición y aliteración, es decir, algo que aparece un cuaderno y luego vuelve a aparecer”.
POÉTICA VISUAL
La poeta Andrea Cabel, por su parte, se refirió a la poética visual de Luis Hernández expresada en el cuaderno denominado El estanque moteado. “(Luis Hernández planteó) una relación distinta con la modernidad, una relación que le conversa desde un amplio espectro musical, desde un profundo conocimiento del cine, del arte plástico, en su propuesta artística potente y original se encuentra en la importante generación del 60”, explica sobre los cuadernos.
“Leemos la portada de este cuaderno (El estanque moteado) como una metáfora de la poética espacial y visual de Hernández”, añade.
Andrea Cabel enumeró algunas de las características de los poemas recogidos en El estanque moteado, mencionada el cruce de idiomas, el tono lúdico por momentos, la lluvia de colores y dibujos, el amor, la primavera, el olvido y tocando también un punto en común: el dolor.
“Encontramos que aparece el sentido emotivo en su poesía, sobre el dolor. (…) Me voy a otro lugar/Y si la tristeza me alcanza/Y si la tristeza me alcanza/me cubriré con el agua de la mar/ Y no he jamás de morir/ Y no he jamás”, narra Andrea para luego hacer un paralelo entre El cuerpo de Giulia-no de Jorge Eduardo Eielson y la nouvelle El estanque moteado de Luis Hernández refriéndose a las características fragmentarias en ambos textos.
“Todo esto consideramos una forma de leer la complejidad de la poética visual de Hernández una que está sujeta a diversos planos y que en cada uno de ellos propone discursos y elementos heterogéneos (…) que van más allá de los colores y los dibujos de que por sí sorprenden y encantan”, sentenció Andrea Cabel.
DESESPERANZA
El poeta y catedrático Edgar O’Hara habló sobre pasajes de la vida de Luis Hernández. “¿En qué momento Luis se convirtió en el Lucho que conocemos o creemos conocer? A partir de la muerte”, indica. “No todos alcanzamos la imagen de quien asumió como suya la fugacidad”, agrega.
“El aniversario 40 de su muerte misteriosa debería incitar a una investigación mucho más seria que la que Herman Schwarz y yo intentamos soñar ante las ventanas enrejadas de la Clínica García Badaracco en el barrio de Belgrano y las calles Porvenir y Anchordoqui en Santos Lugares”, precisa.
“En Argentina, Hernández se dedicó con las justas a preparar su salida del mundo porque el mundo desde la muerte de Heraud le ofreció un solo vacío (…) Se trató de un suicidio difícil por las evidencias, pudo tratarse de un suicidio ritual por vía de la provocación, pudo tratarse de un asesinato, misa en escena del asesinato de Heraud a manos de la policía o los paramilitares argentinos”, añade.
Edgar O’Hara también se refirió a los cuadernos de Luis Hernández. “Es increíble cómo el arte se las ingenia para cultivar la imaginación en sentidos ajenos a la voluntad del creador. El problema radica en que existe un tácito control de calidad en los cuadernos, uno es invitado a seleccionar, elegir, siempre y cuando uno dialogue con la intensidad de sus textos. En sentido contrario se planta el facilismo extremista de la época actual y sus paradigmas del veloz transcurrir”, precisa.
“Los cuadernos se adelantaron 40 años al presente Luis Hernández sabía que jugaba muy en serio ahí donde tantos y tantos iniciados no han oído hablado siquiera de que es necesaria la iniciación”, sentencia.
MÉDICO
El hermano del poeta, Carlos Hernández, habló sobre la faceta de médico de Luis Hernández. “Era un gran estudiante de medicina”, precisa y añade citando a Chejov: “la poesía era la esposa oficial y la medicina la amante”.
“La medicina a pesar que no la practicó mucho fue parte importante de su vida. (…) Yo, como medico, quiero hacer hincapié que Lucho fue un médico”, acotó.