Con motivo de la exposición La casa sin puerta. Literatura amazónica (1940 – 1980) que se exhibe en nuestras instalaciones, te invitamos a sumergirte en uno de los más importantes libros que la inspiraron: Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía del poeta y narrador César Calvo.
Por Antonio Chumbile, Biblioteca Mario Vargas Llosa
Se suele decir que uno de los poderes de la literatura radica en su capacidad de transportarnos a otros tiempos, otros lugares. Esta facultad suele ser llevada a su máxima expresión cuando la obra literaria se sirve de la investigación y la experiencia para sumergirnos no solo en nuevas historias sino en otra cultura, otras formas de ver el mundo. Tal es el caso del mágico libro Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía (Peisa, 2000) del poeta, narrador, compositor y periodista César Calvo Soriano (Iquitos, 1940 – Lima, 2000).
Publicada originalmente en 1981, Las tres mitades de Ino Moxo reúne las experiencias y visiones que César Calvo vivió en carne propia al adentrarse en la sabiduría ancestral de diversos nativos amazónicos, en especial de los amawaka. Mitos, leyendas y revelaciones mágicas se mezclan aquí en un formato literario que transita entre la crónica, la novela y la poesía, por mencionar algunos géneros. Vale aclarar que el acercamiento de Calvo no se apoya tanto en observaciones históricas o etnográficas sino más bien en un recorrido espiritual gracias al consumo de la sagrada droga ayawaskha y a la guía del brujo y maestro Ino Moxo. “La realidad no es nada si no se llega a verificar en los sueños.” (p.249) es una de las ideas más presentes en este sabio hechicero.
La historia de don Manuel Córdova -Ino Moxo- dice mucho del propio espíritu de la obra. Nacido entre los “blancos” -también conocidos entre los nativos como “virakochas”-, llegó siendo un niño al Gran Pajonal, lugar donde el comerciante Fermín Fitzcarrald decidió exterminar a los aborígenes para llevar a cabo la explotación del caucho. Su equipo contaba con armas de fuego que rápidamente vencían a los arcos y flechas de los amawankas. En una acción temeraria, éstos decidieron secuestrar a Manuel Córdova cuando tenía 13 años para educarlo y rebautizarlo como Ino Moxo (Pantera negra). Convertido a favor de nativos, “nacido de nuevo” (p. 186), Ino Moxo les ayudó a comprar armas de fuego para defenderse. Se trata de un proceso de ‘aculturación’ al revés, donde el sujeto occidental adopta la cultura ancestral de los amawankas y se entrega para luchar por ellos. Acaso César Calvo ejerció especial interés sobre Ino Moxo no solo por su sabiduría sino también por esta historia que nos demuestra que es posible ir más allá de nuestra cultura occidental para luego corregirla.
Por otro lado, para compartirnos sus visiones y alucinaciones producidas por la ayawaskha y el tohé, César Calvo se vale mucho de la poesía y de un lenguaje muy colorido. El recorrido espiritual del poeta posee tal envergadura que nos traslada a distintas zonas y culturas del Perú. Se hacen presentes los incas, el Qoylluriti, el Saqsawma (nombre original de Sacsayhuamán), los asháninkas (aquí denominados como campas), la cultura afroperuana mediante Babalú, etc. También aparecen varios personajes en distintas situaciones mágicas: Juan Santos Atao Wallpa, Jesucristo, Julio Cortázar, José María Arguedas, Mama Oqllo, Manko Kapaq, el poeta Isidro Kondori, Stefano Varese y muchos más. Cada aparición, a pesar de que ocurren entre el ir y venir de la mente del narrador y la ayawaskha, contienen saberes y deseos múltiples que pertenecen “otro César” y, al mismo tiempo, a varios pueblos. Los rituales de Ino Moxo permiten que salgamos de nuestro “yo”, seamos otras personas y, luego de ver el pasado, presente y futuro desde otros ojos, volvamos con otra personalidad, un “yo” más colectivo que resulta impensable sin los demás, sin la naturaleza. Este coro de voces, esta polifonía, es sabiamente retratada por el autor de Pedestal para nadie.
Por supuesto, estas visiones trascienden el plano mental y dialogan con la realidad. Por citar un ejemplo, tenemos una hermosa escena en la que el narrador, aún antes de conocer a Ino Moxo, es guiado por don Juan Tuesta a través de la selva. De repente, una mariposa amarilla se posa en el pecho de César y se deja acariciar por él. Cuando don Juan Tuesta le dice que se trata del ánima de su primo fallecido, César, un acto repentino de júbilo, se lanza a nadar en una laguna que estaba repleta de anguilas, según los lugareños. César sale ileso del agua e inmediatamente escucha no le había pasado nada porque antes de que entrara su ánima había sido separada de su cuerpo. “Por eso estás vivo”, sentenció don Juan Tuesta, quien también era un brujo (p.54).
Queda mucho por decir: el libro de César Calvo abunda en referencias precolombinas, conexiones entre culturas, imágenes poéticas y místicas, mitos fundacionales, denuncia social y hasta cantos kechwas. Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía está muy lejos de ser solo un libro de aventuras o el diario de un explorador. No sería muy disparatado afirmar que, además de ser una obra de singular calidad estética en nuestra literatura, se trata también de un texto que linda con lo sagrado, ya que la escritura de su sabiduría y su visión del mundo prácticamente fue encargada por Ino Moxo:
-Así es cuando alguien dice la verdad -resuena don Manuel Córdova dentro de mi memoria-. Si una sola existencia la escucha y considera, no precisas ni decir la verdad: diciendo otras cosas ya la dices aunque ni tú ni la verdad lo quieran…” (p.250)
El libro Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía de César Calvo forma parte de nuestra Colección de literatura peruana y se encuentra disponible en la Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana. Pueden consultar el texto gratuitamente de martes a domingo de 10:00 a. m. a 7:00 p. m.