Celebrando el natalicio de Julio Ramón Ribeyro, uno de nuestros mayores cuentistas a nivel internacional, la Biblioteca Mario Vargas Llosa destaca Las respuestas del mudo (2009) como libro de la semana: una valiosa recopilación de sus mejores entrevistas recogidas y anotadas por el periodista y crítico Jorge Coaguila.
Por Antonio Chumbile, Biblioteca Mario Vargas Llosa
Frecuentemente, la figura y herencia de un escritor no solo radica en lo que se escribe sino también en lo que se hace, se dice o se calla. La vida y la literatura dialogan y se alimentan continuamente en el día a día de un escritor. Por este motivo, los lectores apasionados suelen llegar a las biografías, cartas o entrevistas de su autor preferido para conocer cabalmente la visión que tenía éste sobre el mundo. Pues bien, siendo la literatura peruana una de las más apasionantes de Hispanoamérica, debemos agradecer la elaboración del libro Las respuestas del mudo (2a. ed. 2009) por acercarnos más la figura del gran autor Julio Ramón Ribeyro.
En este texto, Jorge Coaguila ha reunido alrededor de treinta de las mejores entrevistas que diversas personalidades de la intelectualidad peruana realizaron al autor de La palabra del mudo entre los años de 1960 y 1994. Podemos encontrar las preguntas y comentarios que le hicieron poetas (Juan Gonzalo Rose, César Calvo, Antonio Cisneros), críticos literarios (Abelardo Oquendo, Wolfang Luchting, Efraín Kristal) y, por supuesto, otros narradores de la época (Alfredo Bryce Echenique, Fernando Ampuero, Gregorio Martínez). Esta diversidad de enfoques, junto a la sinceridad y sencillez que caracterizaba a Julio Ramón Ribeyro, se complementan para otorgarnos una imagen muy amplia e íntima sobre la vida y el quehacer literario del autor.
Los lectores de este libro podrán conocer la gran cantidad de proyectos de narrativa, teatro y cine que en cierto tiempo animaban la mente de Ribeyro y que no llegaron a concretarse o que terminaron transformados en otro género. Por ejemplo, se comenta a detalle su pieza teatral Atusparia (1981), la cual estaba originalmente planeada para ser una novela histórica (p. 170). Incluso nos enteramos de que, en cierta época, escribió algunos poemas que finalmente consideraría “impublicables” (p. 68).
Varias de las entrevistas que brinda el narrador peruano contienen el origen anecdótico de sus novelas o de algunos relatos clásicos como Al pie del acantilado (p. 31) o Los gallinazos sin plumas (p. 201). Muchas de estas anécdotas evidencian las limitaciones y conflictos que enfrentaba al momento de escribir y de aprehender la realidad:
“Se ha dicho muchas veces que el hecho de estar fuera del país permite a uno tener una visión a veces muy objetiva y panorámica de la realidad, que le permite separar lo esencial de lo adjetivo y secundario, pero tal vez el relato está basado en la aprehensión de todo lo que es secundario. Es dentro de esa montaña de pequeños detalles que suelen nacer los relatos”. (Ribeyro, 2009: 69)
Por otro lado, estas entrevistas también revelan a Ribeyro como un agudo lector al plantear sus opiniones sobre los escritores del “boom latinoamericano” (p. 70) o la narrativa joven de su época. En esta línea, es uno de los primeros en destacar y llamar la atención sobre la narrativa de Alfredo Bryce Echenique, Carlos Calderón Fajardo, Eleodoro Vargas Vicuña y la novela Las tres mitades de Ino Moxo (1981) de César Calvo (p. 84). De hecho, se comenta que su ensayo “Lima, ciudad sin novela” (posteriormente incluido en el libro La caza sutil, publicado en 1976) motiva parte importante de la narrativa urbana de Enrique Congrains. De este modo, podemos asumir a Ribeyro como un autor que, a pesar de haber vivido varios años en Europa, siempre mantuvo una atención constante en sus contemporáneos (p. 335).
Es de especial interés la amena entrevista que Julio Ramón Ribeyro responde junto a Alfredo Bryce Echenique cuando estos ya eran amigos en 1986. Entre varias bromas y anécdotas personales de la niñez y juventud, sus respuestas nos entregan un rico testimonio sobre el panorama cultural y literario de Lima durante los años 80 (p. 117).
Finalmente, comentamos que el lector de estas entrevistas no solo se acercará más al pensamiento y a la vocación literaria de Julio Ramón Ribeyro sino también conocerá de cerca las situaciones por las que pasaban muchos escritores latinoamericanos afincados en Europa y los cambios sociales a los cuales tuvieron que adaptarse (p. 319). Se trata de una serie de testimonios y comentarios muy lúcidos que el autor nos brinda en calidad de artista, fino lector, analista social, funcionario y hasta como un vecino de Lima. Un conjunto de perspectivas que, como bien lo señala el libro, revelan a Julio como “un agudo observador del mundo”.
El libro Las respuestas del mudo de Julio Ramón Ribeyro, con la selección y notas de Jorge Coaguila, pertenece a la colección de Estudios Literarios de la Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana y la pueden consultar gratuitamente de martes a domingo de 10:00 am. a 7:00 pm.