Este 15 de setiembre, uno de nuestros más grandes poetas reconocidos a nivel internacional, Carlos Germán Belli, cumplirá 90 años de vida. La biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura lo celebra escogiendo su singular poemario La miscelánea íntima (2003) como la publicación de la semana.
Por Antonio Chumbile, Biblioteca Mario Vargas Llosa
Carlos Germán Belli (Lima, 1927) es uno de los poetas más singulares de Hispanoamérica. Desde sus primeras publicaciones –las cuales lo ubicaron junto a la generación del 50- hasta sus últimos libros, Belli ha sabido construir un mundo propio y un estilo tan personal que aún varios de sus lectores lo disfrutamos y lo podemos identificar muy bien en medio de las múltiples propuestas poéticas que abundan el día de hoy.
El universo de Belli se caracteriza por la presencia de una serie de personajes algo grotescos y hasta macabros. Desde de su primer libro, titulado simplemente como Poemas (1958), nos podemos encontrar con seres mutilados, sujetos abyectos y órganos del cuerpo que luego serán acompañados por bolos alimenticios, fetos, befos y hadas cibernéticas que hablarán en los libros posteriores. Por si esto fuera poco, el lenguaje con el cual se expresan o son presentados, es una fusión muy audaz entre arcaísmos, cultismos, onomatopeyas y jergas cotidianas. Esto resulta en un estilo híbrido y exquisito mediante el cual trata crudamente sus temas. ¿Qué temas? Pues aquellos a los cuales se han enfrentado siempre los grandes poetas: la muerte, el (sin)sentido de la vida, el amor, la soledad, el destino. Estas inquietudes son vistas desde una posición marginal que el poeta encarna muy bien.
El libro La miscelánea íntima (Pre-textos, 2003) se ubica en los límites de este universo poético. Aquí se percibe el pesimismo de sus libros anteriores pero ya es asumido con cierta resignación y calma. En estos poemas, el dramatismo ha cedido paso ante un tono reflexivo que, en ciertos momentos, no puede dejar de lado cierto humor negro. La muerte y la poesía cobran mayor presencia como temas medulares y se disfrazan con diversos símbolos. Por ejemplo, en el poema ¿Alquimia o química?, la poesía pasa a identificarse con la primera, como una “ciencia” espiritual que experimenta con palabras, las cuales son fundidas en un horno que viene a ser el pecho del poeta. El pesimismo se hace presente por la desolación que le espera a éste, ya que habita en un mundo donde más bien gobierna la química, una ciencia más precisa y “altiva” (p. 12).
En este poemario, Belli ya no se enfoca en los cuerpos o en sus entrañas sino más bien en las ideas y los amplios paisajes que le ofrece el horizonte. Ahora, el poeta mira agudamente el exterior. Sin embargo, sí mantiene su inclinación por resaltar los dualismos y contrastes del ser humano y del mundo. Esto se puede notar desde los primeros poemas del libro, en los cuales se contraponen el alma y el cuerpo, lo eterno y lo terrenal. Pero el pesimismo suele tener la última palabra: “por qué al poderoso goce / la desdicha puntual le sobreviene / rauda como una flecha”. Paradójicamente, el poema que contiene los versos citados se titula Cavilación del jubiloso (p. 9).
Esta habilidad de invertir las ideas se encuentra en casi todos los poemas. Uno de los casos más notorios lo encontramos en El destino de los escribas. Aquí, un escriba es marginado y expulsado a trabajar en el mercado, mientras el otro es bendecido ingresando al Templo. Sin embargo, es el primero quien toca la gloria escribiendo cartas de amor que luego serán himnos (p. 30). En el poema Simultaneidad se compara un ser que goza con otro que sufre, pero al final es el primero quien vuelve al “lodazal” del mundo, mientras que el segundo parte al buen cielo luego de morir (32). Lo mismo ocurre, y a niveles siderales, con el genial poema La parca glotona, donde la muerte está terminando de devorarse al planeta:
“…derecho a su vientre pasan raudos
hombre, animal y planta
por cuyas quintaesencias ella goza
de una salud de hierro,
y así por estos reinos naturales
la muerte se convierte en vida.”
(Belli, 2003: 35)
Belli invierte y revierte todo lo que ve. Lo que es uno, lo divide; a los que son opuestos, los une. Para él, dos especies tan distintas como los hombres y los robots “miran nomás el somero ombligo / como exclusivo punto de partida.” Y, por igual, ambos ignoran o pretenden ignorar su origen “tal si hubieran nacido de sí mismos” (p. 22). Todo concepto está en peligro de significar lo contrario. He ahí la magia poética de Belli.
Otra característica singular de este libro es que en la parte final contiene una “Coda”. Esta palabra tiene varios significados. Nos agrada pensar que Belli, tan adepto a los términos polisémicos, la escogió más por su concepto de “final en una pieza musical”. En este sentido, podemos decir que la pequeña orquesta musical de poemas culmina con unos pequeños ensayos o cortas prosas que nos ofrecen las impresiones y reflexiones del poeta sobre ciertos detalles del mundo: las islas, los sentidos, la cojera, el andar (p.52). Son observaciones muy exquisitas y agudas, comparables a las mejores prosas apátridas de Julio Ramón Ribeyro.
Finalmente, compartimos este emotivo fragmento que nos parece resumir las más intensas inquietudes del autor:
“Hasta ahora no sé bien cuál será
la causa de los cien mil males
del alba a la noche cargándolos,
si aquellos hados misteriosos
o estos microscópicos genes,
acechándonos al instante
desde el claro claustro materno
hasta lo oscuro de la tumba,
que del uno al otro confín
prácticamente nos gobiernan.”
(Belli: 2003, 38)
Entre hados y genes, la vida y la muerte, Belli siempre escribe desde las antípodas. Juega, piensa y sufre como un sabio testigo de los extramuros del mundo. Acaso estos límites de la realidad y el ser, a los cuales nos lleva el poeta, son los lugares en los que podemos conocer mejor al ser humano.
Los invitamos a leer La miscelánea íntima de Carlos Germán Belli. Este hermoso libro pertenece a la colección de Literatura Peruana de la Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana y la pueden consultar gratuitamente de martes a domingo de 10:00 am. a 7:00 pm.