En la biblioteca Mario Vargas Llosa contamos con una selección especial de libros dedicados a nuestra capital, reunidos bajo el nombre de Colección Lima. Uno de los más preciados libros que tenemos aquí es La ciudad como utopía. Artículos periodísticos sobre Lima 1953-1965 del escritor e intelectual Sebastián Salazar Bondy. Los invitamos a disfrutar de esta valiosa selección de textos a cargo del investigador y poeta Alejandro Susti.
Por Antonio Chumbile, Biblioteca Mario Vargas Llosa
Poeta, narrador, dramaturgo, ensayista, periodista y promotor cultural, Sebastián Salazar Bondy (1924-1965) dejó una huella indeleble en el ambiente intelectual de la llamada Generación del 50 y en muchas posteriores. Su firme compromiso con la cultura prácticamente ha sido reconocido por todos los escritores y artistas que lo conocieron y que incluso vieron en él un buen ejemplo de ciudadanía. Una de las mejores pruebas de esto lo podemos encontrar en el libro La ciudad como utopía. Artículos periodísticos sobre Lima 1953-1965 (Fondo Editorial Universidad de Lima, 2016) cuyos textos han sido seleccionados cuidadosamente por el también multifacético poeta, músico e investigador Alejandro Susti.
La ciudad como utopía reúne más de cien artículos y crónicas escritos por Sebastián Salazar Bondy entre 1953 y 1965. Publicadas en importantes medios periodísticos de la época, tales como La Prensa, El Comercio y la revista Oiga, cada crónica mantiene como tema en común la ciudad de Lima, su historia, sus problemas y sus posibilidades. Alejandro Susti optó por dividir el libro en seis secciones según las temáticas que más llamaron la atención del autor de Lima la horrible: planificación urbana, defensa del patrimonio histórico, insuficiencia de áreas verdes, problemas sociales y económicos, el caos vehicular y, por último, costumbres y manifestaciones culturales de la ciudad. Cada tema es abordado haciendo uso de una amplia información y cultura que, sin embargo, son compartidas mediante una prosa que resulta al mismo tiempo elegante y muy directa.
La lectura de estas crónicas y artículos periodísticos enriquece notablemente la figura de Sebastián Salazar Bondy como investigador y ciudadano comprometido. Frecuentemente, el cronista suele dar un paso más allá de la descripción y la crítica para plantear propuestas concretas para la mejora de la ciudad. Por ejemplo, en la primera parte dedicada al diseño urbanístico de Lima, cuando el autor recomienda la contratación de urbanistas para mejorar la ciudad también se toma el trabajo de detallar qué universidades, cursos y maestros especializados en la materia podrían ser tomados en cuenta por las autoridades. Para sustentar sus propuestas, Sebastián Salazar Bondy suele basarse en muchas estadísticas (demografía, acceso a servicios básicos, estadística sobre el tráfico vehicular, etc.) y algunos estudios de campo. A raíz de esta información es que el autor advierte de manera muy precisa los problemas que enfrentará la ciudad en los próximos años, tales como la sobrepoblación, la informalidad, el exceso del parque automotriz, la ausencia de áreas verdes, entre otros. A ratos, los pronósticos parecen desalentadores, sin embargo, el buen criterio y la escritura de Sebastián Salazar Bondy se mantienen constantes resaltando algunos logros y notables propuestas frente a cada pendiente. Y es que en el fondo, por más problemas que enfrente, “una ciudad es siempre una utopía, un proyecto de dicha común, de coexistencia humana y paz social” (p. 93). Esta convicción es la que alienta la determinación detrás de cada crónica de este libro.
El amor (no se le podría llamar de otra forma) y el compromiso que siente y practica Sebastián Salazar Bondy por la ciudad de Lima es tal que incluso mediante un género tan fragmentario como la crónica logra darnos en conjunto una visión total de la ciudad. Cuando se trata de Lima, Salazar Bondy habla tanto de lo general como de lo particular. Por ejemplo, en una crónica puede explicarnos el plano urbanístico general de Lima (p. 71) y en otra puede comentarnos sobre un antiguo árbol (p. 246), un pequeño parque (p. 176) o una anónima calle que aún resplandece de belleza entre tantos edificios. Salazar Bondy estima la Lima colonial más no la idealiza. Por el contrario, por momentos es un visionario que explica muy bien a sus lectores la necesidad de adaptar la ciudad para las nuevos migrantes y las nuevas influencias y costumbres que traerán consigo. Todo suma en la capital si se sabe ordenar y convivir. No es una exageración afirmar que en estos textos podemos encontrar el diálogo entre la Lima del pasado, presente y futuro en una constante búsqueda de equilibrio a través de la lucidez y la sensibilidad de un gran ciudadano.
Por lo mencionado anteriormente, se puede deducir que La ciudad como utopía es un libro que sorprenderá mucho al lector por su vigencia. Los problemas de los que nos habla Salazar Bondy son, en su gran mayoría, los problemas de nuestro presente. Sin embargo, no todo es crítico. Como dijimos, Salazar Bondy también comparte su gusto e interés por ciertos detalles como los cafés en Lima (lugares espléndidos para debatir y reflexionar), la música criolla y hasta los coliseos de la época donde podía verse en carne viva el proceso de mestizaje que transformaría la capital para siempre. En suma, se trata del testimonio intelectual y apasionado de un ciudadano ilustre que nos invita a imaginar y a construir una Lima más agradable y más justa para todos.
El libro La ciudad como utopía, de Sebastián Salazar Bondy, forma parte de nuestra Colección Lima y se encuentra disponible en la Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana. Pueden consultar el texto gratuitamente de martes a domingo de 10:00 a. m. a 7:00 p. m.