Como cada tercer domingo de agosto, este domingo se celebra el Día del Niño, por lo cual reseñamos un libro que nos conduce a la mejor forma de hacer memorable este día: conociendo los derechos de los niños y asegurándonos de que sean respetados. La Sala de Literatura Infantil Cota Carvallo de la Casa de la Literatura Peruana destaca como publicación de la semana el libro Tengo derecho a ser niño, de Alain Serres.
“Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo”
Malala Yousafzai
Por Rebeca Urbina, Sala de Literatura Infantil Cota Carvallo
Los libros informativos son aquellos que buscan brindar conocimientos sobre diversos temas de manera atractiva y comprensible, acercar al lector a cuestiones que en un lenguaje técnico parecen ser complejas y lejanas a nuestra vida diaria. Muchos de ellos presentan información que podría hallarse en otras fuentes, como Internet o libros de texto, pero la forma en que la exponen es aquello que los diferencia, así como su capacidad de generar interés e invitar a preguntarse, leer y saber más sobre el tema.
Tengo derecho a ser niño es un libro informativo que aborda los derechos del niño, pero no lo hace con los términos especializados de la Convención sobre los Derechos del Niño, que en algunos casos pueden sonar algo abstractos o incomprensibles, sino de manera sencilla y conmovedora, con una voz infantil que enumera algunos de sus derechos y los desarrolla aterrizándolos en su día a día. Los textos cortos y de carácter poético están acompañados de ilustraciones suaves y coloridas que nos llevan a pensar en la forma en que el niño ve al mundo en que vive y a quienes lo rodean. Estas ilustraciones componen un universo paralelo ideal, en el que conviven en armonía personas de distintos orígenes, culturas y colores de piel, en el que todos los niños y las niñas gozan de sus derechos sin importar sus diferencias de ningún tipo. Desde la portada y contraportada podemos ver la imagen de sonrientes niños y niñas, uno al lado del otro formando un marco de armonía e igualdad. También vemos en la portada, a manera de subtítulo la frase “¡Mis opiniones y derechos cuentan! (25 años en defensa de los derechos del niño)”. Esta acotación recalca la importancia de que los niños sepan que su voz y sus sentimientos sí tienen cabida, aunque a veces sean relegados o silenciados por la voz adulta y autoritaria que les hace sentir lo contrario. Este libro informativo les da a los niños la oportunidad de conocer y comprender sus derechos, para que así puedan también compartirlos con otros niños y sobre todo hacerlos respetar.
El título Tengo derecho a ser niño, es aparentemente sencillo pero nos plantea a los adultos una pregunta inicial, de la que podrían derivarse otras: ¿Dejamos que los niños sean niños hoy en día, o los empujamos a dejar de serlo? ¿Dejamos que los niños sean niños o buscamos que sean entes de desarrollo humano que deban adquirir tales o cuales competencias y habilidades para ser considerados óptimos? ¿Dejamos que los niños sean niños o los cargamos con nuestros propios prejuicios y estereotipos que no les permiten crecer en libertad? Una frase tan sencilla como el derecho a ser niño puede convertirse también en un fuerte cuestionamiento a nuestra labor en la sociedad como protectores, acompañantes y defensores de los niños y sus derechos.
En la primera página se propone a los derechos como algo natural e inherente al niño, así como cualquier parte de su cuerpo: “Soy un niño con dos ojos, dos manos, una voz, un corazón y unos derechos”. Este potente texto poético logra naturalizar que los niños sepan que desde su nacimiento tienen estos derechos y que nadie debe negárselos o impedir que los ejerzan. En las páginas siguientes se mencionan algunos de sus derechos elementales: el nombre y nacionalidad, alimentación, vivienda, atención médica, educación, juego, cultura, libertad de expresión, no discriminación de ningún tipo, facilidades para los niños con alguna discapacidad, protección de la violencia y todo tipo de abusos, no ser obligados a trabajar y vivir en paz. Todos estos derechos son descritos desde la cotidianeidad infantil, con un lenguaje que nos acerca a veces a su frescura, ocurrencias y originalidad, así como otras tantas a su ternura y profundidad. Cito a continuación algunos fragmentos:
“Tengo derecho a vivir bajo un techo, a estar caliente aunque no en exceso, lejos de miserias, sin nada más que aquello que necesito, ni nada menos”.
“Tengo derecho a ir gratis a la escuela, a aprender cómo vuelan los pájaros, los aviones o las semillas de las flores”.
“Tengo derecho a expresarme con toda libertad, a decir lo que pienso con toda sinceridad, aunque no le guste a papá, y a decir lo que siento, aunque no le guste a mamá”.
Finalmente, se alude a la Convención sobre los Derechos del niño, firmada por 193 países y se plantea la pregunta: “¿Cuándo se respetarán por fin los derechos de todos los niños del mundo?”. La respuesta final es contundente: “Los derechos de los niños son el presente. Porque es ahora cuando somos niños.” Este libro siembra en pequeños y grandes lectores la semilla para garantizar el cumplimiento de los derechos de los niños y las niñas, al menos desde el ámbito personal y en todo aquello a lo que podamos contribuir directa o indirectamente. Tengo derecho a ser niño, al igual que muchos otros, no es un libro para leer y quedarse sentado.
Invitamos a grandes y chicos a la lectura del libro del mes, Tengo derecho a ser niño, este sábado 19 de agosto a las 5:00 p.m. y a leer este libro y muchos más en la Sala de Literatura Infantil Cota Carvallo, la cual atiende de martes a viernes de 10 a.m. a 5 p.m. y los sábados y domingos de 10 a.m. a 6 p.m. Todos nuestros servicios son gratuitos.