Celebrando un año más de La Casa de la Literatura Peruana, les invitamos a releer un clásico de la literatura hispanoamericana: Conversación en La Catedral de Mario Vargas Llosa. Conoce más sobre una de los mejores novelas escritas por nuestro Premio Nobel.
Por Antonio Chumbile, Biblioteca Mario Vargas Llosa
Parafraseando al escritor Jacques Mercaton podríamos decir que Conversación en La Catedral ha aparecido en la literatura hispanoamericana como un nuevo planeta en el universo. Equiparable solo a novelas de gran ambición como Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, Rayuela de Julio Cortázar o La violencia del tiempo de Miguel Gutiérrez, este libro tiene un lugar insustituible en la producción literaria de Mario Vargas Llosa. Nuestro Premio Nobel lo ha dicho en varias oportunidades: “Ninguna otra novela me ha dado tanto trabajo; por eso, si tuviera que salvar del fuego una sola de las que he escrito, salvaría ésta.”
Escrita entre mediados de 1966 y fines de 1969, Conversación en la Catedral (1969) parte de una escena bastante simple y cotidiana: Santiago Zavala, periodista de clase media, se encuentra con Ambrosio, ex-chofer de su padre, y se sientan a conversar en un ruinoso bar llamado La Catedral cerca al centro de Lima. Como si quisieran corresponder al nombre del local, ambos personajes darán rienda suelta a una serie de recuerdos y confesiones que a su vez se irán desplegando en una gran cantidad de historias y personajes que, en conjunto, retratan la época que sufrió el Perú bajo el régimen dictatorial del Manuel Odría entre 1948 y 1956. Sin embargo, resulta imposible reducir Conversación en La Catedral a una novela histórica. Su gran cantidad de temas, personajes (más de 70), escenarios (más de 20 ciudades) y técnicas narrativas la convierten precisamente en aquello a lo que aspiraba Vargas Llosa con su escritura: la novela total.
En efecto, Conversación en La Catedral exige de un lector muy activo. Sus historias se presentan mediante gran cantidad de fragmentos, señas y diálogos que se insertan dentro de otros diálogos. Estos quiebres y ensambles de tiempo y espacio han recibido el nombre de “vasos comunicantes”, “cajas chinas” y “flashbacks”, pero definitivamente no son suficientes para describir la ambiciosa estructura de la novela. Lo genial del empleo de estas técnicas es que, una vez que el lector logra seguirles el ritmo, no interfieren con la trama del libro sino más bien expresan mejor su totalidad . Por más que cada capítulo parece centrarse en una sola historia, el lector se va enterando simultáneamente de qué es lo que sucede con otros personajes y de ese modo se va armando el rompecabezas de la novela. Gracias a esto se logra una singular condensación de toda la trama, aún dentro de sus más de 500 páginas. Tal como comenta al respecto Vargas Llosa en su último libro Conversaciones en Princeton (2017): “si yo hubiera desarrollado toda la historia cronológicamente, habría tenido que escribir no un libro sino una saga” (p. 70).
Mario Vargas Llosa ha procurado que esta novela no solo destaque por su amplitud sino también por su profundidad. La gran cantidad de personajes y escenarios ayuda a evidenciar, desde diversos puntos de vista (social, económico, cultural e ideológico), cómo un régimen del gobierno puede propagar su corrupción en múltiples niveles hasta el punto de afectar todas las relaciones humanas. Empresarios, obreros, estudiantes, amas de casa, prostitutas y hasta delincuentes ven su vida afectada (e infectada) por las ansias de poder de los militares y políticos del Estado. Todo esto deviene en una frustración generalizada que se expresa inquietantemente en una pregunta con la que Santiago Zavala nos interpela desde el inicio: “¿En qué momento se había jodido el Perú?” (p. 13).
Por otro lado, visto en general, Conversación en La Catedral reúne la gran mayoría de gustos y obsesiones de la trayectoria literaria de Mario Vargas Llosa. En este libro podemos encontrar varias características de novela histórica y biográfica (El sueño del Celta, El paraíso en la otra esquina), relato erótico (Elogio de la madrastra, Los cuadernos de don Rigoberto), novela policial (¿Quién mató a Palomino Molero?, Lituma en los Andes) e incluso en sus diálogos entrecruzados puede rastrearse mucho de lo que luego vendría en sus obras de teatro (La Chunga, Al pie del Támesis). Y, por supuesto, se desentrañan los temas del poder, la política y la violencia que atraviesan sus mejores novelas, tales como La ciudad y los perros, La Guerra del fin del mundo o La fiesta del Chivo.
Habiendo transcurrido ya casi 50 años desde su publicación, Conversación en La Catedral se mantiene como un texto muy actual y estremecedor. Sus cuestionamientos a la corrupción y envilecimiento de nuestra sociedad aún son muy vigentes. Estamos ante una obra maestra de la literatura universal del siglo XX y uno de los principales motivos de que se haya entregado el Premio Nobel a Mario Vargas Llosa en el 2010. No nos queda sino recomendar la lectura de este clásico a todas las generaciones venideras. Les aseguramos que será una experiencia intensa e inolvidable.
El libro Conversación en La Catedral forma parte de nuestra Colección Mario Vargas Llosa y se encuentra disponible en la Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana. Pueden consultar el texto gratuitamente de martes a domingo de 10:00 am. a 7:00 pm.