El legado cultural de José Carlos Mariátegui y Luis E. Valcárcel: hablan sus nietos

José-Carlos Mariátegui Ezeta y Fernando Brugué Valcárcel en la inauguración de la muestra Un espíritu en movimiento: redes culturales de la revista Amauta. (Foto: Tom Quiroz)
José-Carlos Mariátegui Ezeta y Fernando Brugué Valcárcel en la inauguración de la muestra Un espíritu en movimiento. Redes culturales de la revista Amauta. (Foto: Tom Quiroz)

La exposición Un espíritu en movimiento. Redes culturales de la revista Amauta se realizó con el apoyo de diversos archivos privados, entre ellos el de José Carlos Mariátegui y Luis E. Valcárcel. Ambos proporcionaron importante material como las cartas y xilografías que se aprecian en la muestra que se exhibe en nuestra Sala 2.

José-Carlos Mariátegui Ezeta, nieto del autor de los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, es el encargado de custodiar el acervo documental del fundador de la revista Amauta. “Toda la información en relación a Mariátegui: las cartas, los documentos, se han digitalizado, indexado, catalogado y puesto online con distribución gratuita”, explica.

El archivo de José Carlos Mariátegui cuenta con cerca de 3 mil documentos, entre ellos su correspondencia; documentos de la Sociedad Editora Amauta, que conformaba la revista Amauta y otros proyectos editoriales; y la Editorial Minerva.

“Ambos proyectos articulaban una serie iniciativas culturales de Mariátegui. En la Editorial Minerva se publicó por ejemplo Tempestad en los Andes, Luis E. Valcárcel, así como una serie de proyectos intelectuales nivel nacional”, indica.

José-Carlos Mariátegui Ezeta destacó que el archivo “está online y cualquiera puede acceder” a él. “Cualquiera puede realizar una investigación porque está indexado por lugares, por temas, personajes”. Sin embargo, mostró su preocupación por la falta de una “política de archivo y de acervo documental de los últimos 100 años”.

 

Archivo de Luis E. Valcárcel

El trabajo con el Archivo José Carlos Mariátegui fue importante para la realización de la muestra sobre las redes culturales de revista Amauta en la zona central y sur del país. A este acervo se sumó el trabajo con el Archivo Luis E. Valcárcel.

Fernando Brugué Valcárcel, nieto del autor de Tempestad en los Andes, es el encargado de custodiar el archivo de su abuelo, el cual consta de “aproximadamente unos 35 mil documentos”.

El Archivo Luis E. Valcárcel cuenta con cerca de 6,500 cartas; unas 10 mil fotografías, entre ellas hay algunas de Martín Chambi; xilografías orginales de José Sabogal, Camilo Blas, Julia Codesido, entre otros. Además, de recortes periodísticos del intelectual y libros como  Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana y Tradiciones peruanas, ambos dedicados por sus autores a Luis E. Valcárcel.

“El archivo Valcárcel tiene una gran cantidad de documentos y ya está clasificado, pero todavía hay que hacer un trabajo para ponerlo en valor”, explica Fernando Brugué Valcárcel.

El Archivo Luis E. Valcárcel estuvo durante 25 años en custodia de Museo de la Nación y luego regresó a la familia. “El archivo está en una habitación especial, climatizado. Más adelante quisiéramos que eso lo pueda tener una institución que lo cuide y lo divulgue, pero mientras tanto nosotros estamos haciendo ese trabajo”, añade.

 

Relación con sus abuelos

Fernando Brugué Valcárcel recuerda con cariño la relación con su abuelo Luis E. Valcárcel. “Él falleció cuando yo tenía 21 años. Vivió hasta los 96 años. Yo gocé de su vejez, gracias a Dios, estaba muy lucido y pude disfrutarlo y tener conversaciones con él en su casa. Tuve una relación muy estrecha y tengo un cariño muy fuerte hacia su imagen. Para mí es un orgullo difundir su obra”, expresa.

José-Carlos Mariátegui Ezeta no pudo conocer a su abuelo, ya que el fundador de la revista Amauta murió joven. “Mariátegui muere en 1930. Yo nací en 1975, es más, murió cuando mi padre apenas tenía un año. Lo que he conocido de Mariátegui ha sido por su esposa Anna Chiappe, quien vivió hasta inicio de los 90. Sin embargo, siempre me impregnaron la devoción y la responsabilidad por mantener ese legado. Han sido vínculos indirectos, no directos, pero de alguna manera hay un efecto de osmosis, cuando uno tiene abuelos que han sido tan importantes y han amado tanto al país”, sentencia.