El jueves 7 de junio, a las 6.30 p.m., en la Casa de la Literatura Peruana (antigua Estación de Desamparados, Jirón Áncash 207, Centro Histórico de Lima), se presentará la colección de cuentos Regreso a casa, primer libro de Juan Carlos Townsend. Este volumen será comentado por el investigador Elton Honores y el escritor Ricardo Sumalavia.
Dice en la solapa del libro: «Conocer el alma humana es quizás el más complejo arte. Pero, en el caso de Juan Carlos Townsend, esta virtud brilla en la técnica de inventar historias con solvencia y madurez, para relucir en la habilidad misma. De hecho, lleva sus descubrimientos e indagaciones al plano de la escritura con un firme pulso estético, sin cerrarse en lo estrictamente realista o fantástico, sin postergar su imaginación ni, mucho menos, sacrificarse en las redes y paredes de lo obvio».
Desde el arranque, cada uno de los dieciocho cuentos de Regreso a casa, además de introducir rápidamente al lector en el conflicto o intriga, lo somete a un orden en el que prima la búsqueda de uno mismo. La afirmación del yo, claramente bosquejado en el primer texto —titulado «Reversa»—, se convierte en un crescendo que se acentúa en los momentos clave de la existencia, aun en la supuesta pérdida de toda esperanza, cuando un personaje decide mirarse al espejo y descubrir que no hay vuelta atrás. Pero la sorpresa siempre es un factor que se debe considerar en el desarrollo narrativo que propone Townsend: puede tratarse de una pareja adánica poco convencional o de los mecanismos que se articulan tras una profecía redentora. Todo llega y pasa, parecer proclamar Townsend, pero su propuesta literaria implica algo más por descubrir… quizás estar atento a lo inesperado. Desde esa línea fuera de libreto, sus ficciones pueden ser apreciadas con una luminosidad casi tan intensa como la vida misma.
Juan Carlos Townsend (Lima, 1964) estudió en el colegio de los Sagrados Corazones Recoleta y en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Desde hace más de veinte años se dedica a la consulta privada como psicólogo clínico, y entre 1991 y 2011, estuvo profesionalmente muy ligado al medio escolar. Cuenta, asimismo, con más de treinta años de una muy activa vinculación eclesial. Ha integrado coros y ensambles corales desde la década de 1980 —forma actualmente parte de la agrupación masculina In Limine—, y suele participar también en teatro de aficionados —principalmente con la Asociación de Ex Alumnos de la Recoleta—. Empezó a escribir relatos en 2001, a partir de su relación con el círculo literario UxL, en el que continúa participando bajo el nickname de «Icono».