A pocos días de celebrar el Día Internacional del Libro, la Sala de Literatura Infantil Cota Carvallo destaca como publicación de la semana un álbum ilustrado que aborda con humor y originalidad la metáfora de la lectura como alimentación: El increíble niño comelibros, del autor e ilustrador australiano Oliver Jeffers.
Por Rebeca Urbina, Sala de Literatura Infantil Cota Carvallo
Quienes compartimos el hábito de leer debemos haber usado o escuchado más de una vez expresiones como “devoré ese libro en dos días”, “soy un lector voraz”, “le di una probada a tal libro”, o “es una lectura difícil de digerir”. Acostumbramos relacionar el acto de leer con el acto de alimentarnos, ya sea por el placer que nos produce o por aquello que pasa a nutrirnos luego de una lectura. Incluso se les llama “ratones de biblioteca” a quienes pasan gran parte de su tiempo leyendo en una, comparándolos con los ratones que roen los libros.
En la trama de El increíble niño comelibros, el pequeño protagonista llamado Enrique no se alimenta de libros de forma figurada, sino de forma literal: se los come uno tras otro.
Todo empezó de casualidad, ya que en una ocasión lamió el libro que llevaba en una mano en vez de lamer la paleta que llevaba en la otra; pero su curiosidad “culinaria” por los libros fue aumentando y de comer unas cuantas palabras pasó a devorar libros enteros de un tirón. No solo eso, conforme comía libros, adquiría los conocimientos que había en ellos y se volvía cada vez más listo, hasta que las cosas se salieron de control. Luego de comer tantos libros en tan corto tiempo, Enrique enfermó. Además, todos los conocimientos que tenía se revolvieron en su mente y ya no se sentía nada listo. Su apetito voraz de libros le causó una fuerte indigestión mental y estomacal, además de infinitas multas por no devolver libros a la biblioteca. Así, se vio forzado a dejar de consumir libros, al menos de la forma en que acostumbraba hacerlo.
El increíble niño comelibros nos enfrenta con ese tipo de lector que muchos a veces aspiramos a ser: el que más lee y en menor tiempo, el que sabe de todos los temas por todo lo que ha leído, el que devora libros extensos a un ritmo sorprendente. Sin embargo, nos lleva a reflexionar también en qué tan importante será leer rápidamente, leer una gran cantidad de libros, o devorar toda la información posible para ser reconocido por ello. Nos hace pensar en qué tipo de lector somos y qué tipo de lector queremos ser, si lo que queremos es leer un libro a nuestro propio ritmo y dándonos el tiempo de disfrutar cada página como un buen bocado, o preferimos devorar libro tras libro para sumar nombres en nuestra lista de lecturas. También nos lleva a revisar nuestra labor como madres, padres, o mediadores de lectura; si alguna vez no entendemos que nuestros niños quieran leer una y otra vez el mismo libro en vez de leer todos los libros que tenemos para ellos, si tal vez aceleramos la lectura sin darles la oportunidad de detenerse en detalles que por alguna razón sienten importantes, o les preguntamos cuánto han leído hoy en lugar de qué han leído y cuánto les gustó. Por último nos lleva a pensar en qué tipo de lectura preferimos, aquella que puede devorarse a pesar de ser extensa, o aquella que no está hecha para ser devorada sino para ser saboreada lentamente y sin prisas. Así como en la gastronomía, cada uno tendrá sus preferencias.
Toda esta reflexión sobre los libros y la lectura que nos trae El increíble niño comelibros, viene enmarcada en el particular estilo de Oliver Jeffers, con un lenguaje sencillo, directo y con altas dosis de humor, así como ilustraciones cuyos trazos se parecen mucho a los dibujos que elaboran los niños, pero a la vez hacen uso de diversas técnicas como lápiz, acuarela, acrílico y collage, con recortes de hojas de distintos tipos, antigüedad, textura y procedencia. Como buen libro álbum, sus ilustraciones generan nuevos significados y en algunos casos juegos de sentido que solo podremos notar si leemos este libro sin prisas, disfrutando con calma de cada página. Para cerrar con broche de oro, el libro termina con una mordida en la parte inferior, un detalle lúdico y pertinente que llamará la atención de pequeños y grandes comelibros.
Invitamos a grandes y chicos a la lectura del libro del mes, El increíble niño comelibros, este sábado 21 de abril a las 5:00 p.m., y a leer muchos libros más en la Sala de Literatura Infantil Cota Carvallo. Nuestro horario de atención es de martes a viernes de 10 a.m. a 5 p.m. y los sábados y domingos de 10 a.m. a 6 p.m. Todos nuestros servicios son gratuitos.