El escritor peruano Augusto Higa Oshiro (Lima, 1946 – Lima, 2023) ha partido en la madrugada del viernes 28 de abril de 2023. Es considerado uno de los narradores contemporáneos más importantes, así como uno de los mayores representantes de la comunidad peruano-japonesa en nuestra literatura. Su obra retrata barrios populares de la urbe limeña y recorre minuciosamente las calles y las vidas de los habitantes de La Victoria y el Centro de Lima, principalmente. Además, le da voz a los nikkei de su generación en sus novelas y cuentos. La incorporación de la comunidad nikkei en su obra se da luego de vivir y trabajar durante 18 meses, a inicios de la década del noventa, en Japón, experiencia que lo marcó profundamente y la volcó en su libro testimonial Japón no da dos oportunidades, donde da cuenta de la pugna de identidad que vive al encontrarse entre dos culturas.
A finales de la década del sesenta se unió al grupo Narración junto a Antonio Gálvez Ronceros, Gregorio Martínez, Roberto Reyes Tarazona, Oswaldo Reynoso y Miguel Gutiérrez. Participó en el segundo volumen de la revista del grupo (1971), donde publicó su cuento “El edificio”, el cual fue posteriormente recopilado en Que te coma el tigre. Este fue su primer libro de cuentos y recibió elogios por parte de la crítica. “Con una prosa singular, discursiva y plástica nutrida de la creatividad verbal de los sectores populares de la ciudad. Augusto Higa nos presenta con vital autenticidad el mundo de los adolescentes que matan el tiempo en las esquinas de barrio”, escribió Gregorio Martínez sobre este libro.
Desplegó su trabajo creativo en cinco novelas, veinte cuentos y un libros testimonial. Augusto Higa ha sabido retratar como pocos el incesante movimiento de las calles del Centro de Lima, La Victoria y sus alrededores. Otorgando especial atención a los criollos de los callejones y de la clase obrera, así como a los inmigrantes andinos, afrodescendientes y a la comunidad nikkei, sus narraciones construyen un mural humano complejo y en constante ebullición. Su prosa es recargada pero ágil, elegante y versátil, abierta al uso de jergas urbanas. Sus personajes perduran en la memoria del lector gracias a la gran capacidad de Higa para (per)seguirlos en sus andanzas por la ciudad así como en sus intensos conflictos de conciencia. De esta manera han sido inmortalizadas las fiestas, peleas y ‘pichangas’ de su primer libro Que te coma el tigre (1977), los personajes inmigrantes de La casa albeceleste (1987) u Okinawa existe (2013), las impresionantes estampas verbales sobre La Parada en Final del Porvenir (1992) o la sublime decadencia del protagonista de La iluminación de Katzuo Nakamatsu (2008), entre otros.
La obra de Augusto Higa es breve y profunda, abre nuevas miradas y caminos para recorrer la ciudad, para entrar a la literatura por otra puerta. En una entrevista en Perú21 a partir de la reedición de su libro de cuentos Que te coma el tigre dijo: “Me gustaría que me recordaran como un buen cuentista”. Será recordado como un gran narrador.