Con más de cien años de antigüedad, el reloj ubicado en la parte superior del frontis de la Casa de la Literatura Peruana ha vuelto a funcionar. Una renovación del mecanismo que hacía andar las manecillas ha permitido que nuevamente el visitante pueda ver la hora cuando pasa por nuestro edificio.
Un trabajo de 14 días, realizado por el maestro relojero Juan Manuel Carlos Suárez y sus asistentes, ha hecho que las manecillas de aluminio grueso marquen la hora exacta y ya no las 2 y 50 como lo hacía desde hace un tiempo.
“Ya no existen relojes así. Esta máquina tiene ahora un mecanismo a pilas, algo más moderno. El reloj de la Catedral de Lima, por ejemplo, tiene un mecanismo eléctrico”, explica Carlos Suárez, de 65 años, y con más de 45 años de experiencia en el arte de componer relojes.
La antigua Estación Desamparados, donde funciona actualmente la Casa de la Literatura Peruana, fue construida en 1912 y hasta allí llegaban los pasajeros que se enrumbaban a la sierra central del país. Actualmente el tren hacia Huancayo sale en la víspera de los feriados.
“Un buen relojero debe tener bastante paciencia. Yo me puedo quedar 14 o 16 horas reparando relojes. Antes reparaba relojes de pulsera, pero por una molestia en la vista empecé con los relojes de péndulo. Si volviera a nacer volvería a ser relojero porque me gusta“, afirma el relojero, quien también actualmente realiza trabajos para los relojes antiguos que hay en Palacio de Gobierno.