“Todavía mi nombre es Jorge”: un diálogo con la obra artística de Eielson

Puedes recorrer la sala de exposición de martes a domingo de 10:00 a.m. a 7:00 p.m. (Foto: Joaquín Díaz Tenorio)
Puedes recorrer la sala de exposición de martes a domingo de 10:00 a.m. a 7:00 p.m. El ingreso es libre. (Foto: Joaquín Díaz Tenorio)

Visita la muestra Todavía mi nombre es Jorge. 100 años de Jorge Eduardo Eielson, la cual fue inaugurada en abril de este año. La exposición se podrá visitar hasta el domingo 11 de agosto. La instalación Firmamento y Azul cerraron el domingo 14 de julio. 

Texto y fotos por Joaquín Díaz Tenorio

Con motivo del centenario de Jorge Eduardo Eielson, la Casa de la Literatura Peruana presenta la exposición Todavía mi nombre es Jorge, un diálogo con la propuesta artística del autor. Las instalaciones procuran resaltar la versatilidad de las creaciones de Eielson y, a cien años de su nacimiento, invitar al público en general a descubrir un universo que no solo recorre la poesía en un sentido tradicional, sino que abre las puertas a nuevas posibilidades de la misma a la vez que aborda otras artes. 

¿De qué se trata?

La exposición, curada por Rodrigo Vera Cubas, está dividida en dos partes fundamentales, que se complementan mutuamente. Por un lado, las instalaciones del artista Carlos Runcie-Tanaka, “Firmamento/ Así en la tierra como en el cielo” y “Azul/ Sé perfectamente que en mi casa”, ubicadas al ingreso del recinto y sobre las escaleras principales del mismo, respectivamente. Estas proponen un diálogo tanto con la obra poética como plástica de Eielson. Por otro lado, en la Sala de Autor (primer espacio hacia el lado izquierdo del ingreso de la institución), despliega una aproximación significativa hacia el quehacer artístico del creador a partir de dos secciones tituladas “¿Qué hacer con el poema?”, enfocado en sus experimentaciones alrededor de la poesía visual y conceptual, y “Gestos, nudos y tensiones”, que aborda parte de sus ejercicios textiles y sus posibilidades artísticas. Para Vera Cubas, “Eielson permite una entrada a la literatura desliteraturizada”.

La instalación "Firmamento/ Así en la tierra como en el cielo" fue elaborada por el artista Carlos Runcie Tanaka. (Foto: Joaquín Díaz Tenorio)
La instalación “Firmamento/ Así en la tierra como en el cielo” fue elaborada por el artista Carlos Runcie Tanaka. (Foto: Joaquín Díaz Tenorio)

La instalación “Firmamento” está compuesta por una esfera hecha con incrustaciones de cuarzo y conchas marinas, lleva inscrito en su base un poema cuyo verso inicial da la bienvenida a los visitantes: “No escribo nada”. La noción de la no-escritura abre las puertas al descubrimiento de los otros ejes que recorren la exposición: “Azul”, instalación elaborada con un telar de 130 metros de extensión, se erige anudándose y tensionándose por las columnas ubicadas alrededor de la escalera principal hasta, finalmente, descender y terminar en los versos ubicados en los contrapasos de los escalones: “Me conmueve / todo lo que es húmedo / o lo que parece imposible / y es solamente azul”.

En la sala de exposición, las dos secciones curatoriales componen un entramado que da cuenta del perfil lúdico de la obra de Eielson y de conceptos que la abundan; el anudamiento, la tensión y el ocultamiento convergen. La creación, la escritura y, en consecuencia, la palabra, son rótulos siempre expuestos a la transformación. En esta medida, la propia identidad se encuentra suspendida. “todavía no todavía / el cielo se llama cielo / el perro perro / el gato gato / todavía mi nombre es jorge”, dicta la primera estrofa del poema que le da nombre a la exposición.

(Foto: Joaquín Díaz Tenorio)
(Foto: Joaquín Díaz Tenorio)

Así, “Todavía mi nombre es Jorge” no solo expone creaciones, facetas y diálogos con el universo de Eielson; también abre posibilidades desde el cuestionamiento mismo de lo supuestamente fijo y definido. Como señala Rodrigo Vera, “Todavía mi nombre es Jorge, ¿ayer qué fui? Todavía mi nombre es Jorge, ¿mañana qué seré?”. Por lo tanto, no existe una identidad definida y ni siquiera, acaso, se aspira a obtenerla. Eielson aborda estos tópicos desde una disposición artística y ética bastante intuitiva, experimental y juguetona, escapando de cualquier categoría que lo clasifique y determine.

La exposición, en consecuencia, puede concebirse como una introducción a la obra de Jorge Eduardo Eielson al mismo tiempo que despliega una serie de componentes conceptuales, técnicos y estéticos. No hace falta, pues, ser experto en arte ni poesía para apreciar y gozar en “Todavía mi nombre es Jorge”. De hecho, es una invitación constante al descubrimiento, la experimentación y la revalorización de una obra tan particular como significativa.

(Foto: Joaquín Díaz Tenorio)
(Foto: Joaquín Díaz Tenorio)

Horario de visitas

Martes a domingo de 10:00 a.m. a 7:00 p.m. en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima). El ingreso es libre.

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